jueves, abril 23, 2009

A tres metros de Marta Etura


A poco que me lleven un tiempo leyendo sabrán que soy un hombre de costumbres y que me muevo por unos parámetros muy fijos: llego a un festival algo retraído, generalmente enfermo, miro todo con distancia, me encierro en los cines, poco a poco voy conociendo la ciudad, miro por encima del agujero, empiezo a ganar confianza y acabo en una espiral de fiestas y películas poco recomendable para la salud.

Esto quiere decir que sí, que estoy mamoneando un poco. Con todas las películas que he visto (media de tres al día, soy algo así como el Barcelona del largometraje) creo que me lo merezco.

Empecemos por el final, entonces. Por Marta Etura entrando en el Liceo a lo lejos, mientras José Manuel habla con Cris y yo estoy con los chicos de la revista Freek, Tali y César, hablando de The Wrestler y cosas incluso más interesantes. Estamos algo borrachos y la gente de la fiesta de "7 minutos" viene del Larios aquí justo cuando nosotros nos vamos. Miro a Marta Etura enamorado, pequeña -porque es pequeña, la verdad ,ahí, sonriente y me siento súbitamente afortunado. Luego pienso que quizás en 2006 Marta y yo llegáramos a estar más cerca de tres metros, con Roger Gual de por medio, así que todo esto probablemente sea una exageración estética. No etílica, estética.

No sólo Marta Etura, en cualquier caso. También Luis Callejo. Luis Callejo es uno de los actores desconocidos más conocidos del mundo. Si miran en imdb se van a quedar flipados. Un prolífico por excelencia. Luis charla en la entrada de la discoteca, igual que Cris, todo el mundo tranquilo y de buen rollo, ninguna estridencia. Yo voy y vengo, voy y vengo. Penélope, de Malvalanda, habla de Fuerteventura y yo, claro, me acuerdo de ti. No es la primera vez en el día, creo recordar que en la comida incluso pronuncié tu nombre.

Los chicos de la revista Freek y las chicas de Malvalanda. Eso ha sido la noche en su gran parte. Una fiesta -la de "Trash"- en la que piden invitaciones como si dentro estuviera George Clooney. Bueno, pues nos vamos. Ea. Bares gays cerrados y música algo insoportable, excepto "That´s not my name" -y entonces yo me acuerdo de ti, no de ti, sino de ti o quizás incluso no sólo de ti, pero también de ti, eso ha tenido que quedar claro-.

Mañana echan "Sexykiller" de nuevo, en plan "performance". Discutimos sobre Beyoncé como artista o como producto. Recordamos que Aída Folch es la portada de la revista de este número. No discutimos sobre Aída Folch, porque realmente Aída Folch es indiscutible. No hay nadie por las calles, así que no hace falta que llevemos las acreditaciones colgadas. Si molamos o no, nadie se va a enterar. Salvo que lo publiquemos. Así, más arriba.