miércoles, abril 01, 2009

Medina del Campo X. Furtivos: Time, truth and heart

El Roel de Honor de esta edición ha ido a parar a manos de José Luis Borau, director, productor y actor de consolidada trayectoria pero que cometió una pifia enorme en la rueda de prensa de presentación en Madrid, cuando dijo -y se quedó tan tranquilo- que cuando le ofrecieron el premio este año se quedó sorprendido porque él no sabía que hubiera una Semana del Cine en Medina del Campo. Después de 22 años. Después de haber sido presidente de la Academia de Cine cinco años. Cinco años. De 1994 a 1999. Eso explica muchas cosas sobre el trato a los cortometrajes por parte de la Academia, claro. Medina del Campo lleva años siendo uno de los cinco festivales más importantes del país y el presidente del sector no sabe ni que existe.

Eso no le quita a Borau merecimientos a la hora de recibir el premio, por supuesto, y para dejarlo claro, el Festival proyectó esta tarde una versión restaurada de "Furtivos".

"Furtivos" es una de esas películas difíciles para nuestra generación. Casi todas las de los 60 y 70 lo son. Nos pillan demasiado cerca y demasiado lejos a la vez. Cuando tuvieron su momento de esplendor, o no habíamos nacido o éramos demasiado pequeños. Cuando empezamos a ver películas y a disfrutar de ellas, estos títulos ya eran como momias que nadie quería visitar. Así que, sí, lo reconozco, era la primera vez que la veía.

Y me he quedado impresionado.

Qué mezcla de esperpento, crueldad, costumbrismo rural, historia de poder y amor e hipocresía... Qué actuaciones sensacionales de Lola Gaos -la magnífica Lola Gaos-, Alicia Sánchez -que en ningún caso se puede hacer pasar por menor de edad, y eso supongo que le añade surrealismo a todo, a sus 26 años de edad real y bastantes más de apartente- y sobre todo Ovidi Montllor, maestro de actores catalanes, con su distancia, su silencio, su mirada perdida y resignada, su estar en medio de demasiadas cosas que ni le van ni le vienen y que se ve obligado a manejar a su manera.

Incesto, sexo, desnudos, cacerías, delincuentes furtivos y lobos matados a hachazos, tormentas de agua y de nieve, guardias civiles... Amigos, eso es un western agrio y lo demás son tonterías.

Borau respondiendo a preguntas en la improvisada rueda de prensa en el Auditorio. Ahora tiene casi 80 años, pero ahí sigue, al pie del cañón. En general, este festival es un festival de gente joven. Reconozco que me siento tremendamente celoso en ocasiones cuando les veo presentando sus trabajos, hablando de sus equipos de rodaje, del tiempo gastado, del orgullo que es estar ahí... Lógico. A mí me gustaría estar ahí pero mientras tanto no me paralizo. Supongo que "50 euros la hora" no se ha llevado premio. Lo supongo porque ya han debido de tomar la decisión y avisar a los ganadores, y a mí, desde luego, no me han avisado. Y me tienen bien cerca.

No pasa nada. Hay más ideas. Cada día, una, prácticamente. Comedias y dramas y de todo. Hace sol, además, y las chicas del Auditorio por fin me reconocen. Estoy guapo con mi cazadora motera. Eso creo. Con premio o sin premio, siento algo de orgullo y puedo volver a poner "All these things I´ve done" en el iPod y mascullar entre dientes "Time, truth and heart" al llegar al hotel, porque ahí están las ideas y los Words y los emails y todo esto, incluso: diez episodios ya de crónica de un festival. Dudo que nadie esté mostrando un entusiasmo ni siquiera parecido.