jueves, marzo 05, 2009

Primer pase de Cortogenia 2009


Y luego dicen que el pescado es caro. Llegamos a la hora y la gente se acumula en la entrada, la platea está llena, el primer piso está lleno, el segundo piso está lleno. En el tercero, a unos 20 metros de distancia de la pantalla en horizontal y vertical, encontramos cuatro sitios libres, pero en seguida nos vemos también atrapados entre la multitud.

Es el primer pase de Cortogenia 2009, en su décima convocatoria anual. No hay ningún gran nombre entre los seleccionados. Me refiero a ninguna estrella tipo, no sé, Miguel Ángel Silvestre, o parecido. Sólo gente del corto y del cine en general, como Mateo Gil, Gorka Cornejo... Suenan, sí, pero no deberían levantar masas. No deberían, digo, desde el tercer anfiteatro del cine.

No, se ve que el mundo del corto no interesa.

Empezamos con "Dime que yo", de Mateo Gil, el guionista de "Tesis" y "Abre los ojos" y que hizo un intento algo fallido en la dirección del largometraje "Nadie conoce a nadie". El corto está bien. Muy bien. Ameno, rápido, fácil, diálogos adecuados y entretenidos, giros, persecuciones, chico conoce a chica, chico busca a chica. Algunas cosas que sobran, como de anuncio de Calvin Klein o algo así. Fele Martínez vocalizando... La idea de que la seducción y el amor ajeno no es más que un reflejo del amor propio. La gente que se enamora de sí misma. Yo. Brillante.

"Voluntario" tiene un exceso de buenismo. Espero que esto no moleste al director, Javier San Román, porque creo que esa era su intención: mostrar las bondades de la Cruz Roja y sus voluntarios. Bien está. Pero eso ya lo sabíamos, creo. Alguna buena intuición, como el uso de la televisión en el cine, que siempre funciona y resulta atractivo. Véase "Rec". Poco más.

"Yo solo miro", de Gorka Cornejo y con producción del más que fiable Koldo Zuazúa resulta la gran decepción. Una mujer descubre unas cintas VHS de porno gay en la maleta de su marido. Inmediatamente, asume que es homosexual. Inmediatamente, eso supone un drama insuperable. Inmediatamente, el marido lo reconoce y no sabe qué hacer. La mujer le contrata un chapero. En fin... dudoso, cuando menos; ese tratamiento de la homosexualidad parece de otra época. Para el joven espectador medio de Cortogenia resulta algo extraño tanto escándalo por ver cine porno gay, que al fin y al cabo lo echan hasta en Digital Plus...

"Lala", de Esteban Crespo, acaba la sesión a concurso como, en mi opinión, el mejor corto de los cuatro. Un hallazgo. Una locura, también, pero viva la locura. Ni siquiera tiene final. Un poco berlanguesco, de acuerdo, pero con un Gustavo Salmerón realmente extraordinario, candidato desde ya al premio a mejor actor. De hecho, es sorprendente que este actor no haya tenido mejores papeles ni mayor repercusión hasta el momento. Es de lo mejor que hay en el panorama español y su talento para la comedia está fuera de toda duda. Ensombrece por completo al resto de secundarios de lujo, empezando por Mariví Bilbao y Marta Belenguer.

El quinto cortometraje, "Spielzugland", ganadora del Óscar de este año habla de un niño que vive en la Alemania nazi y es amigo de un niño judío cuya familia es deportada y con su mirada inocente cree que en realidad les llevan al País de los Juguetes y quiere acompañarlos, pero no es posible. Pese a todo esto, resulta que está bastante bien, así que aplaudimos, bajamos escaleras durante unos cinco minutos y pasamos del Larios Café, porque si todo va a estar en este plan de agobio, mejor irse a casa, que ya habrá otro pase pronto y Cortogenia siempre es sinónimo de calidad.