martes, marzo 10, 2009

Liverpool-Real Madrid: hubo chorreo


En el descanso del partido, con necesidad de marcar tres goles para clasificarse y en uno de los grandes escenarios del fútbol europeo, Juande Ramos decide cambiar a Robben y meter a un lateral izquierdo, Marcelo. Es todo un detalle: Robben fue durante este año el gran estandarte del equipo, responsable de buena parte de las primeras victorias de Ramos en el equipo, artífice de los inicios de la remontada y candidato a mejor jugador del mundo según determinada prensa afín.

En el momento en el que el Madrid necesita gente especial, Juande le señala como culpable -venía haciéndolo desde el pasado sábado- y le sustituye... por un defensa. Hablamos de un entrenador que empezó su andadura con la innovación táctica de "vamos a coser a patadas a Messi" y que ha podido cavar su fosa con un ataque de vulgaridad impropio de un equipo que se empeña en repetirse a sí mismo que "es el Real Madrid".


La goleada del Liverpool no admite matices. El primer gol vino precedido de falta, el segundo, de un penalti inexistente por mano de Heinze. Pero para entonces, por juego y ocasiones, los ingleses ya podrían ir 3-0 tranquilamente. Sólo ese descomunal portero que es Iker Casillas -27 años, recuerden- impidió el desastre. Además, después de pasarse tres días defendiendo que los "forcejeos" en el área tipo Ramos-Agüero no son falta, es complicado quejarse ahora. Muchos aficionados del Atleti habrán sonreído ante los errores del árbitro francés. El júrgol es asín.

Mientras hubo partido, el juego fue unidireccional: movimiento rápido de balón, profundidad, presión, urgencia, energía... el Liverpool salió como si tuviera que remontar la eliminatoria. Enloquecido, furioso, y a la vez constante y ordenado. Torres demostró que, con más consistencia, podría ser el mejor delantero centro de Europa, y entre Mascherano y Xavi Alonso controlaron por completo el mediocampo.

El Madrid fue un pelele. Por completo. Sólo Lass Diarra mantenía con coraje el tipo, aunque empeñado en acortar el recorrido del balón. Sus largas conducciones embotellaban el ataque madridista, pero al menos era el único que aparecía. Un excelente jugador de equipo rodeado de tipos que se borraron. Y ya no vale echarle la culpa a Guti, porque estaba en el banquillo.

El hecho de que este equipo haya encadenado diez victorias consecutivas en la liga española creo que lo dice todo sobre el nivel actual de nuestra competición: en la liga inglesa no podría ni soñar con estar entre los cuatro primeros clasificados. No es sólo el Madrid: España se ha quedado sin representantes en UEFA y en Champions la cosa pinta regular en octavos de final: un eliminado, un clasificado (el Villarreal ante el Panathinaikos) y dos que tendrán que luchar mucho mañana (Barcelona y Atleti, ninguno de los dos lo tiene nada claro, viendo lo visto).

Si este Madrid con este entrenador y esta propuesta lograra remontar y ganar la liga sería una tragedia futbolística. El triunfo de la mediocridad. Hay que ganar muchos partidos seguidos para olvidarse de que este equipo merece otra apuesta de juego.