martes, marzo 31, 2009

Cormac McCarthy- La carretera


A veces, uno siente la tentación de decir que Cormac McCarthy dedica demasiadas páginas a no contar nada. Por supuesto, es un enorme escritor, y por supuesto la contundencia de su estilo seco, sobrio, minimalista (estadounidense, en definitiva) está fuera de toda duda, pero hay veces que es inevitable pensar que dedicarle cuatro párrafos a cómo un tipo abre una lata de judías blancas es excesivo.

En ese sentido, "La carretera" está llena de excesos porque no se quiere explicar nada. Recuerda a Faulkner, por supuesto, con lo bueno y lo malo. La novela cuenta la historia de un padre y un hijo que empujan su carrito con pertenencias a lo largo de una carretera infinita, que no acaba nunca, y que tiene que llevarles al sur.

Ha sucedido algo. No sabemos el qué. Lo que sí sabemos es que no queda vida animal ni vegetal en ningún lado, salvo unos pocos supervivientes, como el padre y el hijo, los desvalidos que encuentran por el camino o las bandas organizadas que les acechan y de las que tienen que protegerse.

Contar eso es un prodigio. Me refiero a que todo eso se entienda a lo largo del libro: la desolación del espacio post-nuclear, los refugios saqueados, los cuerpos calcinados, el mar gris, las tormentas de ceniza, la muerte... sin escribir en ningún momento la frase: "Cuando la bomba estalló, Mike estaba...". No sabemos nada de eso. Se sobreentiende. Por no saber, no sabemos ni cómo se llama el hombre ni cómo se llama el chico. Podrían ser cualquier hombre y cualquier chico.

McCarthy lo deja todo al lenguaje, a sus descripciones copiosas de actividades cotidianas y sus diálogos afilados -algunos, como siempre, realmente brillantes- pero la estructura resulta algo pobre: la pareja sigue la carretera, se cansan, encienden un fuego, hacen algo de comida, llueve, creen que les siguen, cuando están a punto de morir de hambre y cansancio encuentran un refugio con comida y mantas, vuelven a salir, creen que les siguen, llueve, se cansan, encienden un fuego...

Muy bien contado, sí. Un gran escritor. Pero para ser una obra maestra de la literatura del siglo XXI, creo que hay que pedir un poco más.

Que otra cosa es que yo sueñe con escribir algo así algún día, pero yo no soy la medida de todas las cosas. Algunos pensarán que ni siquiera Faulkner lo es.

Medina del Campo VII. Tengo una pregunta para usted


Sé que esto no tiene que ver con el Festival de Medina del Campo, pero no voy a abrir un post con cada cosa suelta que se me ocurra, y esto se me ha ocurrido EN Medina del Campo, así que lo meto aquí con la reseña de la peli de ayer.

A lo que iba: dijo Rajoy ayer muy tranquilo que él no hablaba inglés y que no pasaba nada porque los demás presidentes tampoco lo hablaban: ni González ni Aznar ni Zapatero. El inmenso vacío entre lo público y lo privado. Ahora mismo es casi imposible ser teleoperador si no sabes inglés, porque se considera imprescindible para la comunicación internacional. Como saber latín en el siglo III, pongamos. No es que la gente que sepa inglés sea "mejor" que la gente que no lo sabe o que el inglés sea de por sí un idioma "superior". No. Simplemente es la "lingua franca" que se utiliza para entenderse.

Y lo piden en todas las empresas.

Menos en La Moncloa. Allí no piden nada. Ni siquiera que, ya que llevas seis años presentándote, pues des un cursillo a ver qué tal. No. Tú tranquilo. La ignorancia es tan valiente...

En fin, volvamos. Ayer se estrenó en el Festival, "25 Kilates", una producción española distinta y con la excelente Aída Folch como actriz principal. Junto a ella, Francesc Garrido, un actor catalán sobrio, muy estilo francés, que a veces me encanta y a veces me desespera con su infinita distancia ante todo.

He utilizado el adjetivo "distinta" porque no se ciñe a los temas habituales del cine español: niño de mirada pura, familia con problemas, injusticias sociales, guerra civil... Es un thriller. Vale que eso es relativamente original en pantalla grande pero no en pantalla pequeña. La película tiene mucho de capítulo de serie alargado o incluso de temporada de televisión comprimida. A elegir.

Pero está bien hecha y es valiente y me gusta que la gente haga estas cosas y no se quede en los tópicos. Mantiene una relación un poco torpe con la violencia y el crimen organizado porque, pese a la tradición de picaresca que tenemos en este país, uno no puede evitar vincular esos conceptos al cine americano y cuando lo ve en Barcelona, queda raro. Como encorsetado, no sé...

Espero que se estrene en cines y lo puedan comprobar ustedes mismos. En la actualidad, igual que pasa en la música o la literatura, la distribución y difusión de películas es el principal problema del cine español. Con la diferencia de que el cine español es infinitamente más caro y por tanto las pérdidas, públicas o privadas, mucho mayores.

Por cierto, la película tenía subtítulos cuando hablaban en catalán. Lógico. Lo que no entiendo bien es por qué en este festival se ha decidido poner todas las películas extranjeras dobladas. Incluso el documental de ayer en el que la voz doblada hablaba ¡por encima! de la original en inglés...

lunes, marzo 30, 2009

Medina del Campo VI. Video killed the radio star


Voy cambiando de silla en silla, de pantalla recién estrenada de nosecuantasmil pulgadas con Full HD en pantalla, viendo un vídeo aquí y otro allá. Se me acumulan. En la pantalla central suena "The Universal", de Blur, con su toque "La naranja mecánica", a la vez en la del fondo está Paul Simon con "René and Georgette Magritte with their dog after the war". Jamiroquai y el pesado de Michael Jackson. "Wild boys" de Duran Duran y "Vogue" de Madonna y justo antes de "Vogue", "Heart Shaped Box", de Nirvana.

Para terminar, "Karma Police", de Radiohead, a pantalla gigante.

¿Por qué tanta libertad para ir saltando de un lado a otro? Porque estoy solo. Hasta el punto absurdo de que han abierto la sala de la exposición sólo para mí y la pobre chica de la Casa de la Cultura se ha quedado ahí leyendo una revista y esperando a que terminara. Así que he terminado un poco antes de lo que me gustaría pero con la promesa de volver, quizás con la Chica Portada si se decide a venirse y darle un empujoncillo a la promoción de nuestro proyecto a concurso, hasta el momento, nula.

La frialdad de la gente de aquí a veces es sospechosa. Más que nada porque los fines de semana no son nada fríos, pero luego llega el lunes, o incluso el domingo noche y es complicado. Los camareros no dan las gracias, las indicaciones llegan como torturas, las salas con los mejores videoclips de la historia están vacías... e incluso el público del Festival se contagia de ese hieratismo: cuando acaba la proyección de "Young at Heart" sólo aplaudimos dos personas.

Es sorprendente que "Young at Heart" (Corazones Rebeldes, en su traducción al castellano) haya pasado tan desapercibida en las carteleras nacionales. Es un documental absolutamente prodigioso sobre un grupo de ancianos que van de gira con un coro cantando canciones que van desde "Schizofrenia" de Sonic Youth a "I feel good" de James Brown pasando por "Fix you", de Coldplay, que es una canción preciosa le pese a quien le pese.

El documental no es sensiblero ni es anecdótico, aunque al principio puede parecerlo, porque al principio sólo hay la típica empatía de ver a un grupo de viejecillos haciendo gracias. Luego llega la realidad. Es un documental terriblemente realista, con enfermedades, sufrimientos, muertes... es imposible no empatizar con eso, ¿cómo no empatizar si esos abuelos podrían ser nuestros abuelos? ¿Qué abuelo no daría todo por su nieto y qué clase de nieto no se sentiría absolutamente orgulloso de su abuelo fuera quien fuera, Rudolf Hess, pongamos por caso?

Un abuelo es un abuelo, y estos ancianos están ahí: débiles, desprotegidos, irónicos, al final de su vida, castigados, reñidos, premiados, metidos en un mundo que no debería ser el suyo pero en el que siguen de la manera más cruel, a pesar de las muertes, de las enfermedades... La narración es soberbia. Honestamente, me pasé el documental llorando, no podía evitarlo. Y no es que el director me estuviera metiendo el dedo en el ojo. Todo lo contrario: se limitaba a mostrármelos ahí, tan orgullosos y tan frágiles a la vez, tan tan tan ancianos, tan desvalidos...

Y cómo sonreían y cómo disfrutaban cuando les aplaudían y les vitoreaban. La sensación de que estás haciendo lo último realmente útil de tu vida, pero que aún lo estás haciendo y que aún es tu vida y que nadie te va a decir que no, abuelo, no vayas al coro a ensayar, porque el coro lo es todo y como dice una de las protagonistas, "si me desplomo en mitad del escenario, continuad", y sé que es una frase muy tópica y dramática del mundo del espectáculo, con la salvedad de que en este caso concreto es perfectamente probable: hasta tres miembros del coro murieron durante la grabación del documental.

Esos hombres y mujeres soberbios, apurando la vida, y ese director enloquecido. Un hombre que se ha ganado el cielo si hay cielo y se ha ganado el nirvana si hay nirvana y un montón de huríes si hay huríes. Lo que quiera. Cómo les cuida, les dirige, se preocupa por ellos. Les vacila en ocasiones, porque la compasión no sirve de nada. Y cómo ellos se aprenden a Sonic Youth, a Coldplay, a The Ramones, a Police...

Poco antes de este pedazo de película, salió Anartz Zuazua para presentar su corto, "Él nunca lo haría", que juega precisamente con eso: con la puerilización absoluta de esta sociedad, su idolatría adolescente por la juventud y la belleza, hasta el punto de olvidar por completo a los que nos criaron, a los que lo saben casi todo, a los que deberíamos escuchar para aprender algo. Su corto es ingenioso, divertido y cruel a partes iguales. Exagerado, como sucede con todas las parodias, pero efectivo.

Cualquiera daría la vida por su abuelo, ¿no? O su abuela, pongamos el caso. Lo contrario es posible, pero no deja de ser trágico.

Medina del Campo V. Hollywood contra Franco


Ya no quedan concejales en Medina ni diputados ni borrachos post-adolescentes. Es la una de la madrugada y la Plaza Mayor está vacía. Nadie canta hip-hop. Nadie descansa en la terraza del Continental. Un termómetro de neón rojo marca 1º. Como es Castilla, la sensación térmica es mucho menor. El viento helado te tira hacia atrás.

Estoy muy cansado y tengo sueño.

Vengo de ver "Hollywood contra Franco", un documental de Oriol Porta que tiene un nombre equívoco, porque debería ser "Hollywood y Franco", porque precisamente muestra la tibieza con la que Estados Unidos y su industria cinematográfica siempre trató al dictador. Otro nombre posible sería "Alvah Bessie contra Franco", porque en realidad el documental nos descubre a este guionista y escritor y su lucha con la Brigada Lincoln en la Batalla del Ebro, su combate posterior en Hollywood durante la II Guerra Mundial y su posterior ostracismo derivado de la Caza de Brujas y su afiliación al Partido Comunista.

El documental tiene dos partes bastante diferenciadas: la primera pretende ser histórica, una especie de aproximación a la Guerra Civil como tal, con sus explicaciones y sus razonamientos. Esa parte me dejó dudas. No es que sea un experto en la Guerra Civil pero algo sé. Y lo que sé no es lo que vi ahí. O no todo. La segunda parte sí daba más de lo que prometía el título: cómo se vivió en Hollywood el franquismo. A partir de las experiencias de Bessie y siguiendo el hilo de películas como "Bloqueo", "Por quien doblan las campanas" o "Tal como éramos", el documental nos aporta información interesantísima y que algunos ignorábamos: por ejemplo, la modificación de diálogos de "Casablanca" para eliminar la referencia a la participación de Rick en el lado republicano -en inglés dicen "loyalist", que me parece más adecuado incluso-.

El trabajo de Oriol es ingente y su documentación, vastísima. Quizás los testimonios se queden un poco cortos y el documental sea demasiado partidista, pero desde el principio se deja bien claro y tampoco me molesta demasiado. Incluso en las partes más propagandísticas, el documental está bien hecho.

Lo decepcionante, quizás, de la noche han sido los cortos: "Algo que aprender" creo que esconde algo que yo no consigo ver. Demasiado sugerido todo, excepto precisamente lo que habría que sugerir más. "Pim, pam, pum" me llena de estupor: en medio de una confrontación entre Ertzainas y borrokas en el casco viejo de San Sebastián, unos niños recogen pelotas de goma. Al final, uno de ellos dice algo así como "habrá que ver quién consigue más" y uno se pregunta si A) es todo una especie de trivialización de la violencia, en plan hasta los niños se ríen de ellos y sus peleas, B) es una amenaza basada en la metáfora "las pelotas de los policías" que no creo que haga falta explicar o si C) simplemente es un corto absurdo.

Lo desconozco. Eso sí, el Gobierno Vasco lo tendría muy claro porque lo subvencionó. A mí hasta que no me lo expliquen me deja muchísimas dudas.

NOTA ACLARATORIA: El sábado 4 de abril pude estar con los directores del corto, que me explicaron mis dudas al respecto: era una costumbre de ellos mismos cuando eran pequeños, lo de corretear entre las manifestaciones del Viejo y sólo pretendían hacer algo amable. Son unos tipos de lo más inteligente y cordial, y no voy a borrar lo de arriba porque me parecería una falta de respeto con el lector pero, bueno, pedía una aclaración y me la han dado y también es bueno que lo ponga aquí.

Medina del Campo IV. Estómago


El día empieza tarde. Muy tarde, de hecho. A la una que son las dos. Consecuencias de los antihistamínicos, supongo. Después de ducharme pienso si desayunar o comer o no hacer nada más que quedarme tumbado viendo a Fernando Alonso abrirse paso entre el caos, pero Óscar de Julián llama en seguida y soluciona mi duda: quedamos para comer en el vestíbulo.

Pedimos menú: en Medina, como buen pueblo castellano, se come bien y barato. Paella mixta y pechuga de pollo o costillas. Pan y vino, por supuesto. Café. Repasamos la actualidad cinematográfica de cabo a rabo: no sólo cortos sino largos. Óscar sabe mucho más de cine que yo. De hecho, todo el mundo aquí sabe más de cine que yo y supongo que lo contrario sería peligroso.

No nos ponemos de acuerdo en Javier Bardem ni en Penélope Cruz, pero los dos coincidimos en que "El diablo viste de Prada" es una comedia muy buena y que Meryl Streep está magnífica. Lo mismo que Anne Hathaway. También nos gusta Kate Winslet.

Los restos de los jurados se juntan para comer en la mesa de al lado. Óscar y yo compartimos un cierto aire de francotirador: todo el mundo sabe que estamos ahí pero no saben bien dónde. A mí me pasa como en todos los festivales, que me preguntan qué hago y no sé qué contestar: escritor, periodista, traductor, profesor de inglés, guionista, concursante en el certamen de proyectos...

No tengo tiempo para explicarme. Si tuviera aquí un libro, directamente, todo sería más fácil. Pero no, no hay libros.

Después de comer voy con las chicas de Alioli al pase de cortos en formato digital. Un pase irregular, como suele pasar con el digital: ideas geniales muy mal llevadas a cabo, con demasiados pocos medios, y obras de arte visual tremendamente vacías. Destaquemos algunas obras: "Juego de Damas", de Irene de Lucas y "El mueble de las fotos", de mi viejo compañero de pisos donostiarras Giovanni Maccelli, con Carlota Coronado y Susana López, como permanentes compañeras de viaje.

"Hands" me resulta inquietante, aunque no lo entiendo muy bien. "Estocolmo" me parece un exceso en todos los sentidos.

Salgo un poco antes de la proyección -un poco antes es a las dos horas y media, tampoco me riñan-, me tomo un café en el Coco -creo que se llama Coco- y doy una vuelta corta entre el frío y el viento y los gritos de un grupo de hip hop y vuelvo al Auditorio para ver "Estómago", de Marcos Jorge.

Reconozco que tenía todos los prejuicios del mundo con respecto a "Estómago", básicamente porque desconfío de los premios de los festivales de cine serios y la Seminci siempre me ha sobrepasado con su aire de seriedad y sobriedad castellanos. Sin embargo, "Estómago" es sensacional. De principio a final. Dos tramas que se van mezclando con un mismo protagonista y el recurso de la cocina como trasfondo, pero lleno de amabilidad, humor y cierta dosis de mala leche. Muy recomendable, salvo por un final algo dudoso. Ya me contarán cuando la vean, creo que sigue en cines.

Antes del pase de la peli, como siempre, un corto: "Quid pro quo", con Natalia Mateo -en sólo un día la he visto cuatro veces: en este corto y en los tres de David Planell- y que tiene cosas que merecen la pena y otras mejorables. Un poco disparatada, pero es que pretende ser disparatada, al estilo "La fiera de mi niña", quizás. Nata, para variar, está inmensa, lo mismo que Luis Callejo, dos clásicos del cortometraje.

domingo, marzo 29, 2009

Medina del Campo III. Video clips y música indie



Suena "Luces de neón" de Lori Meyers, luego "Valiente" de Vetusta Morla, luego "Mister Brightside" de The Killers, y yo aprovecho para darle la entrada del concierto del pasado domingo al del bar, que me da las gracias y la deja con las demás entradas que forman la barra del Flanaghan.

Estamos con los chicos del videoclip -¿videoclipistas?- después de cenar y pasar la tarde viendo sus trabajos en el balneario. Excelentes trabajos y excelente selección, con un poco de todo: ideas geniales como la de Vetusta Morla o Alamedadosoulna, prodigios de la videocreación como Stay o El Combolinga y nombres prestigiosos como J.A. Bayona, encargado de "Yo no me escondo" de OBK.

No sé si el balneario es el mejor sitio o no para ver los videoclips. Sin duda, es el más cómodo para el jurado, pero la ausencia de público es palpable, claro. Especialmente, de gente joven. Prácticamente están sólo jurado y realizadores. Es cierto que otros años se han intentado otras cosas y no siempre han funcionado: en un bar, la gente no escucha bien. En la plaza del auditorio puede llegar a hacer un frío considerable...

Todo marcha bien hasta que llega el último vídeo, "Fugaz" de The Pinker Tones. Para bien o para mal es el vídeo de la jornada, porque está mal editado y hay que buscar un DVD sustituto y no lo encuentran y no hay nadie encargado y hay un pequeño momento de caos y una espera de treinta minutos más o menos, de manera que ese vídeo se ve aparte, casi en sección única, y un número considerable de aplausos, porque la verdad es que está muy bien.

Como casi todos los anteriores.

Yo podría ponerme a colgar aquí toda clase de enlaces y vídeos pero es mejor que sólo cuelgue mi favorito -el de arriba- y ponga aquí el link a la página web oficial donde están todos. Disfruten.

¿Después del Flanaghan? Mucho frío y un concierto en El Templo de Idealipsticks, un solvente grupo de Guadalajara que nos hace botar con una estética new-wave y una cantante intensa donde las haya. Daba gusto ver a Emilliano con su copa en la mano y su voz de "El Padrino". Bea y Manolo se van primero, luego Gloria y Santi, María se queda, Nacho anda por ahí y el resto de los videoclipistas están enloquecidos en la pista de baile a ritmo de pachanga post-concierto.

Yo deambulo por calles sin gafas hasta llegar al hotel una hora más tarde de lo previsto.

sábado, marzo 28, 2009

Medina del Campo II. Vetusta Morla y los cortometrajistas



De camino al Balneario, en taxi, escucho a Emilliano hablar en la SER. Junto a él están Isabel Ocampo, doble ganadora del Festival y jurado de cortos digitales este año, y la ganadora y finalistas de proyectos del año pasado que exhibieron ayer sus cortos. Me pregunto qué cara tendrá todo el mundo. Como dije ayer, la noche del primer viernes en Medina suele ser brutal, de alta madrugada y gran resaca.

Sin embargo, la cosa no está tan mal. O no lo parece. Bea y Manolo me dicen que se fueron a la 1, el resto, al parecer, estuvo en el Cafetal charlando y tomando algo. No puedo creer que la muchachada no se emborrachara en el Flanaghan, pero este año no conozco a la muchachada, al menos no aún, así que ese extremo se me queda sin confirmar. Veremos esta noche.

¿Yo? Mejor. Mucho mejor. Once horas de sueño -diría que ininterrumpido, pero mentiría, me desvelé con la primera luz, a eso de las 7,30 y me puse a ver la Q3 de Fórmula 1- dan para mucho. Ni rastro de la fiebre. Algo de tos. Ojos de cansado. Poco más.

En el Balneario están los Jurados de Cortometrajes: Manolo, Santi Alcanda y Javier Panera, que se encarga de iniciar la charla con una proyección del "Romeo y Julieta" de Baz Luhrmann combinada con un vídeo clip de Chris Cunningham, posiblemente junto a Michel Gondry, el realizador de videoclips más conocido de los 90 y 2000. Panera lo lleva todo a un punto más teórico, más doctoral, artístico. Manolo y Santi lo llevan al práctico, al aquí y ahora.

La charla se anima sobremanera. Algunos de los realizadores que participan este año en el concurso de video-clips organizado por Lolita Peliculitas suben a dar su versión: poco dinero, demasiado trabajo gratis, dificultad para llegar a las grandes plataformas. Ahí empieza el debate: ¿cómo demonios se llega a MTV, 40TV, Sol Música, etc? Santi es pesimista, Gloria, entre el público, sostiene que el talento se abre camino, Santi recuerda que siempre -o casi siempre- hay que pagar y Nacho pone el ejemplo de Vetusta Morla.

¿Y saben quién es Nacho? El cámara que rodó caminando hacia atrás todo el vídeo de "Otro día en el mundo". Cuando aparece el nombre de Vetusta se revoluciona todo, porque Vetusta es una revolución: en efecto, ellos no ponen el culo, no tienen ningún interés por firmar con una multinacional y se lo montan todo por su cuenta, incluida la distribución de sus vídeos. Todo el mundo tiene algo que decir pero sencillamente no hay tiempo para todos.

Una pena que estas charlas sean tan lejos. En breve, volvemos, precisamente para ver los 20 videoclips seleccionados.

El caso es que Nacho y su novia vienen con nosotros -Mar, María y yo- y nos explica un poco cómo fue todo: los ensayos rápidos, la intención de hacer un producto para Internet simplemente -¡es Internet, estúpidos!- y cómo la cosa se les acabó yendo de la mano, de manera que Vetusta Morla participa este año por segunda vez consecutiva con la misma canción... pero con distinto vídeo. Por cierto, ya sé cuál va a ser el tercer "single" del disco, o al menos el tercer vídeo, pero no sé si lo puedo contar, así que nada, ya se enterarán.

Me entra la duda de si ir a los pases de cortos o a los de vídeos. Luego pienso que al fin y al cabo voy a estar aquí una semana entera y que tendré tiempo de ver la gran mayoría de los cortos, pero que los vídeos sólo los echan una vez. Desgraciadamente, los horarios no son compatibles. Así que, teniendo en cuenta que ahí van a estar Nacho, Mar, María, Bea, Manolo... pues decido que me voy para allá, porque seguro que hay joyas estilo "Conejo, tu puta madre" y nos lo pasamos bien, que es lo que cuenta.

En unas horas les digo y les recomiendo y, si puedo, subo enlaces. Y los cortometrajes los aparcamos por lo menos hasta mañana, ¿les parece?

Medina del Campo I. El cine y la fiebre


37,5 grados por la mañana, nada más levantarme. Dolor de garganta y de cabeza. Mareo y pinchazos en las articulaciones. Todo el día que huyo a Medina del Campo, a la Semana del Cine. Y la palabra correcta es "huyo" porque sí, tengo un proyecto de guión que podría ganar sin problemas por su calidad, tengo muchas ganas de ver muchos cortos y muchos largos durante toda la semana, tengo muchos conocidos y mucha gente por conocer en las noches del Flanaghan... Pero sobre todo voy a Medina para huir de Madrid porque Madrid satura a cualquiera y si la Escuela Oficial de Idiomas no me quiere, pues al menos voy a aprovechar para serle infiel todo lo que pueda.

Así que cojo mi maleta y mi mochila, línea 1, andén 7, surtido de provisiones extrañas: patatas y agua y un par de donuts, estornudando y tosiendo, pero ahí, con mi libro de Cormac McCarthy, en una especie de irrealidad mezcla de sudor y ansiedad y acabo llegando a Medina a eso de las 3,30, justo a tiempo para dar un paseo bajo un sol imposible, con mi chaqueta negra sin cremallera, mochila, bolsa y fiebre, ducharme en el hotel, recoger la acreditación y encontrarme con Óscar de Julián para ver la primera sesión de cortos.

Es difícil opinar sobre diez cortos seguidos. Casi dos horas. Demasiados cambios de chip. Puedo hacer unas recomendaciones, eso sí: "No se preocupe" me volvió a encantar, con su sentido del humor costumbrista y absurdo a la vez, "Doppelgänger", del propio Óscar, con su capacidad para pasar de la comedia al drama en un momento y su correctísima estructura narrativa de documental, "Swingers" tiene momentos y, sobre todo, "Pulsiones", de José Manuel Carrasco, me encantó. Enormes diálogos, gran dirección de actores y un ritmo rápido que se agradece después de dos horas metido en el cine.

Luego, cañeo y saludos. Medina es un festival distinto y a uno le jode estar en estas circunstancias: ardiendo todo el cuerpo, me refiero. Aun así, lo intento -"nunca dejas de intentarlo", dijo Hache una vez- y saludo a Emiliano, a Eduardo, a Victoria... incluso a Bea, mi entrañable vecina del primero, que resulta que está ahí acompañando a Manolo, el director del festival de cortometrajes del FIB y que está de jurado de videoclips en esta edición.

Mar Muro y María Rodríguez se atisban a lo lejos, pero no llegamos a coincidir.

La gala de presentación es tremenda. Empieza con un vídeo buenísimo basado en "Ultimátum a la tierra", aunque desgraciadamente el vídeo tiene problemas de emisión y se corta demasiadas veces. Luego hay un espectáculo declamativo con Poe de homenajeado y unas bellísimas arias de Haendel interpretados a piano y voz. Inmenso, inmenso... Presentan al Jurado, presentan a las secciones y presentan los cortos ganadores del proyecto del año pasado, lo mismo a lo que me presento yo este año.

Hace dos años abrieron con "Dolly", que a mí me encantó. El año pasado le tocó a "La aventura de Rosa", de Ángela Armero, que también me gustó mucho. Este año no puedo decir lo mismo. "Atchís" me pareció un disparate narrativo sin ningún sentido ni ningún interés, con un Zoe Berriatúa perdido en un personaje absurdo y Vanexxa como co-protagonista sin hacerlo mal pero sin hacerlo bien tampoco. A lo suyo. Subtramas que no se explican y una especie de delirio principal que incluso acaba siendo previsible. El amor triunfa, no me jodas.

Que a mí no me parece mal que sea así -en mi corto, el amor triunfa, o eso parece- pero al menos no lo expliques.

Los segundos premios tampoco mejoraron demasiado la cosa: "La última opportunità" tenía cosas interesantes, divertidas, y otras francamente mejorables. "Dolce di limbo" digamos que no es mi tipo de corto y que no me interesa en absoluto. Eso no es ni bueno ni malo es simplemente mi opinión, que nadie se ofenda.

La gala como tal acaba con la proyección de la película "Tulpan" pero yo salgo corriendo al baño a tomar mi pastilla de algo que me han dado en la farmacia y se llama "Cortafriol" y me pongo a esperar a los demás, pero los demás se reducen a Óscar de nuevo y nos vamos los dos a la Plaza Mayor a cenar menú de noche a 10 euros y hablar de lo maravilloso que fue Almería en Corto y lo terriblemente enérgica que es la Chica Portada. Cosa que es totalmente cierta y si el mundo fuera justo, se vendría a pasar al menos un par de días aquí.

Porque una cosa es huir de Madrid y otra muy distinta huir de la Chica Portada. Hasta ahí podíamos llegar.

En fin, que cenamos y salen los autobuses para la bodega y todos los años esta noche ha sido mágica. En 2007 conocí a Xenia Tostado y David Pinillos, en 2008 me emborraché con Ángela Armero, Fran Perea y Marian Álvarez mientras Emiliano nos ponía grandes éxitos de su grupo de los 70. Momentos especiales que recordaré siempre.

Supongo que 2009 tenía su momento especial reservado para mí pero le di esquinazo. Es complicado, ¿saben? Intentarlo todo el rato, quiero decir. Llega un momento en el que te rindes, cuando todo el cuerpo te da pinchazos y apenas puedes andar e imaginas el frío que hará en esa bodega y recuerdas que al fin y al cabo no te gusta el vino y que quedan nueve días aquí y que no conviene pasarse los nueve malos.

Que sí, que esta es la noche del Festival, pero las cosas son como son y aquí estoy, con mi router Vodafone en la habitación 203 del Hotel La Mota, viendo "Mátrix 3"- creo que es la 3, puede que sea la 2, me parecen igual de disparatadas- y preparándome para dormir bien y pasarme mañana por el Balneario, llevar una vida sana, ver muchos cortos buenos e incluso algún partido de fútbol.

El destino decide por ti y este año ha decidido esto y bien está, claro que sí. Al fin y al cabo no ha sido tan grave: después de todo, la fiebre sólo ha subido hasta 37,6. Una décima por día. Buenas noches y buena suerte.

viernes, marzo 27, 2009

Love of Lesbian en Joy Eslava


Yo conocí a Love of Lesbian por un disco que regalaban con la revista de la FNAC, el mismo gracias al que conocí a Nacho Vegas y algún otro. Me encantó su "Carta a todas sus catástrofes" y desde entonces lo que había oído me llamaba la atención. Curiosamente, a Luis Ramiro le pasó lo mismo, y ahí estamos los dos, con Arantxa, Pechi, Álex, Irene, Deivid... abriéndonos paso mientras toca Cohete para conseguir un sitio en la pista de la Joy por segundo día consecutivo.

La discoteca está llena y, aunque no conozca ninguna canción, es imposible dejar de botar. Un conciertazo. Incluso cuando se acaba y salen vestidos de astronautas y con condones en la cabeza y siguen a lo suyo, con un ritmo contagioso y que te transporta no se sabe muy bien adónde.

En mi famoso Maratón Rock 2010, Love of Lesbian estaría seguro. Sigan apuntando.

jueves, marzo 26, 2009

Festival "Dale la vuelta al mundo" de Intermón-Oxfam

Fotos: Carmen Simón Rubio

Intermón-Oxfam decidió dar la vuelta al mundo y colocó a Pablo Carbonell de presentador de un concierto indie, vestido totalmente de blanco y con su habitual sonrisilla nerviosa. El cartel era impresionante y la verdad es que no defraudó a nadie. La lástima es que, con tantos grupos y tan poco tiempo, sólo pudiéramos oír tres canciones por artista y los cambios de instrumentos en el escenario se hicieran algo tediosos: quince minutos de música, quince de arreglos, y así sucesivamente.

Abrieron la tarde-noche en Joy Eslava los chicos de "No more dolls", un grupo italiano con atractiva cantante rubia de camisa y corbata y un sonido bastante duro y eléctrico, que se agradeció bastante, sobre todo conforme pasaron las horas y vimos que todo lo demás era un poco demasiado suave.

En su mismo bloque salieron "Cabriolets", el grupo de Bimba Bosé, que me dejaron un poco como estaba. Ni bien ni mal. Demasiado aire Leonor Watling para mi gusto, pero mi gusto, en fin, ya se sabe...

Cambio de escenario y nueva aparición de Pablo Carbonell presentando a La Sonrisa de Julia, que convenció a todo el mundo con dos canciones largas en vez de tres cortas y muy buen rollo en el escenario y a Second, un grupo emergente con cantante de pantalón ceñidísimo, estilo New Wave inglesa. Me parecieron algo pesados, con ese intento de hacer participar a la gente todo el rato: "Ahora, aplaudid; ahora, cantad esto". Oh, ya saben cómo odio que me den órdenes.

El siguiente bloque empezó con una versión de Pablo Carbonell del "Ne me quitte pas" de Jacques Brel, convertido en "No me quite el pan, señor endocrino, no me quite el pan". Divertida, aunque previsible. Tras él, Russian Red. Tengo un problema con Russian Red. No puedo negarle su presencia ni su voz. En eso se parece a José González, que sale ahí a un escenario enorme, solita con su guitarra y se come todo. El público se calla por completo para escucharla. Tiene una voz preciosa y es una muñequita adorable.

Pero a veces -y permítanme que diga esto- me aburre. Es una especie de Emite Poqito mística, sin el buen rollo que me da EP, y con un exceso de gravedad y magia en todo lo que hace. Como si tuviera que ser especial en cada acorde. Y eso me molesta. Supongo que lo irá corrigiendo, porque lo tiene todo para llegar lejos. Más lejos aún, quiero decir.

Russian Red fue el primer plato realmente fuerte de la noche, la verdad, al menos a nivel de público, hasta entonces más bien apagadillo. Sin embargo, los que más me gustaron fueron Catpeople, que aunque se marcaron dos canciones más bien lentillas -después de Lourdes, y a esas horas de un día entre semana, eso tiene peligro-, demostraron bastante talento y me pareció divertido que el cantante se pareciera tanto en la voz a Brandon Flowers o incluso al de The Editors.

Pero, reconozcámoslo, la mayoría de los que estábamos ahí habíamos venido a ver a Lori Meyers y Vetusta Morla, así que el nerviosismo aumentó, soportamos como pudimos "El kalimotxo de mi mamá", de Pablo Carbonell -para eso, yo hubiera preferido una versión de su maravilloso "Tu madre tiene bigote" o "Soy falangista, me voy de excursión"- y nos preparamos para la versión acústica con guitarras flamencas de los grandes éxitos de Lori Meyers, un grupo absolutamente maravilloso, que nos deleitó con "Alta fidelidad" y "Carne de neón" y unos cuantos bailecitos granaínos.

En fin, llegamos a Vetusta: la Chica Portada, Álida y yo nos mirábamos y nos preguntábamos: ¿Qué tres escogerán? Yo dije "Valiente", "Sálvese quien pueda" y "Copenhague". No estuvo mal. Dos de tres. En vez de "Sálvese quien pueda" tocaron "Rey Sol", que no es su mejor canción precisamente. Escuchar a Vetusta Morla siempre es agradable, pero la verdad es que, acostumbrados a sus conciertos rockeros, aquello quedó un poco frío.

Ah, y luego tocó M-Clan, pero pasamos, porque somos indies y repelentes.

Dos horas y pico de buena música. Una excelente iniciativa. Me recordó a aquellos Maratones Rock que organizaba el ayuntamiento de Madrid en la época Tierno-Barranco de los 80 y la "movida promovida" y me pregunto por qué no se podrá repetir mezclando a grupos de toda España durante un día entero y televisándolo como debe ser...

Cena Recalentada

... Lo que nos lleva al Malaspina y a un curioso repaso nostálgico de vídeos de los 80, que ni Álida ni la Chica Portada conocen porque son demasiado jóvenes -o yo demasiado viejo- y ahí estoy yo hablando de Os Resentidos y su "Galicia Caníbal" o su "Galicia, sitio distinto", de Siniestro Total cuando cantaba Germán Coppini, de los Golpes Bajos de Teo Carralda más allá de los tópicos "Malos tiempos para la lírica" o "No mires a los ojos de la gente".

Y créanme que hay muchas cosas interesantes en ese "más allá".

Por ejemplo, esto:

miércoles, marzo 25, 2009

Matías Candeira- La soledad de los ventrílocuos


Fuera del amor y el realismo, en literatura y cine al menos, sólo hay dioses y monstruos. Cuando uno se acerca al primer libro de Matías Candeira, avisado de lo que no contiene -es decir, amor y realismo,o, más bien, amor realista- obviamente, lo hace con una cierta desconfianza, un cierto temor. ¿Qué va a salir de allí adentro?

Bien, lo que sale, de inmediato, es una prosa brillante y fluida. Una prosa que no entiende de temas ni circunstancias. Lo que está bien escrito está bien escrito hable de parejas en los parques o de muñecos de ventrílocuo. Los personajes están bien construidos sean jóvenes enamorados o sean viejos habitantes de un inmueble tenebroso. Y el libro de Matías está magníficamente bien escrito. Olvídense de la edad -24 años- y la precocidad: estamos ante un escritor de primera, que sabe manejar los recursos a su alcance, que cuenta lo que quiere y que encuentra siempre las palabras, las frases exactas.

Llegó el momento -duro- de aceptar la genialidad como algo ajeno.

Y es que "La soledad de los ventrílocuos" es un libro por momentos genial. Algo infrecuente en estos tiempos. Sus cinco primeros relatos son de altísima literatura. A mí me recuerdan a Kafka, pero esto crea malentendidos: no me recuerda al Kafka-escarabajo, sino al Kafka-currito que tenía dos pelotas botando a sus espaldas de mañana a noche y tenía que vivir con ellas con una total normalidad. El Kafka-cuentista, en definitiva. En Candeira, sucede algo parecido: lo absurdo, lo surreal se acepta de inmediato como parte del universo del libro.

Uno escucha hablar sobre relatos con bombardeos de flores, neveras moribundas o mujeres con agujeros de donde sale música de bolero y se echa a temblar. Suena demencial. Sin embargo, lo lee y lo acepta. Lo lee en Matías, me refiero, y lo acepta. No sólo lo acepta, lo festeja. Se queda con la boca abierta: ¿Cómo ha podido contar esto así? Pues ha podido.

Por supuesto, el libro tiene altos y bajos. Le sucede a todo el mundo y el género del relato se presta especialmente a ello. Las influencias son variadas, pero no reconocibles de manera inmediata: supongo que Monzó está ahí sobrevolando todo el rato, pero Matías confiesa no conocer lo suficiente a Kafka, así que eso lo pone el lector, igual que pone a Poe, de alguna manera, o incluso a un Chejov pasado por Barthelme, si eso fuera posible.

A todo el mundo le encanta "Cuando se muere la nevera", sin duda el más monziano de todos. A mí me gusta, sin más. Los que me encantan son "Flores, señor" -recomiendo al autor la lectura de "En la colonia penitenciaria"-, "La soledad de los ventrílocuos", "Al final de Sara" -este último, prodigioso- y la sorpresa final de "El hombre en un barreño", que es una especie de relato carveriano -hay jardines, matrimonios que funcionan mal, vecinos excéntricos...- pero desde una óptica nueva que lo hace sorprendente.

Eso es otro de los aciertos de Matías: resultar sorprendente sin caer en efectismos. Venga, admitámoslo, todos estamos hartos de efectismos y hasta cierto punto la literatura tiene problemas para sobrevivir sin ellos. Pasa como con los adjetivos. En "La soledad de los ventrílocuos" no hay frases fáciles ni concesiones al lector. A veces, incluso se agradecerían. Es un libro cruel en ese sentido, que te lleva de la diversión a la desesperación pero siempre desde el puesto de mando.

Aquí hay un pedazo de escritor. Uno se pregunta cómo es posible que el libro pasara dos años por las narices de los editores hasta que Óscar y Mario lo recogieran en Tropo. Y hasta cierto punto se consuela: no sólo me pasa a mí.

martes, marzo 24, 2009

Arcadi Espada, Alberto Amarilla y un editor muy majete


Tarde movida. Muy movida. A eso de las cuatro -en plena crisis económicoexistencial- leo esto en el blog de Arcadi. Yo sé que a Arcadi le da igual. Vamos, que no le amedrentan los insultos ni las amenazas. Eso no quiere decir que no me preocupe. No sólo en términos abstractos tipo "me preocupa que en este país haya gente intolerante que..." sino en términos muy concretos de "un día Arcadi se va a cruzar con uno de estos animales por el Paseo de Gracia y efectivamente le van a pegar una paliza sólo por no pensar igual que ellos.

Lo mal que lleva la gente que no se piense igual que ellos. Es una cosa que me sorprende desde hace tiempo.

En cualquier caso, y aunque sé que no lo necesita, le escribo para "apoyarle". Tampoco necesita que le insulten y le insultan así que ¿por qué no decirle lo bueno que es de vez en cuando? A los diez minutos responde: "Gracias Guillermo, durante los próximos 50 seguiremos amargándoles su victoria". Y yo no sé muy bien de qué victoria habla porque hay demasiadas claves de Arcadi que se me escapan, pero me alegra saber que está dispuesto a seguir 50 años diciendo lo que piensa, porque es una excelente noticia.

Arreglo cosas, me visto y bajo a San Bernardo, a la redacción de Neo2. Todo son viejos conocidos: Tere, por supuesto, Vanessa, María y Mauri, el fotógrafo con el que compartí entrevista a Terry Gilliam y a Robert Rodríguez, hace más de un año y medio de todo eso. Viejos conocidos y un nuevo amigo: Alberto Amarilla, el entrevistado-fotografiado, actor protagonista de "El camino de los ingleses" y un chico absolutamente encantador que disfruta como un niño pequeño de la bici que ha traído Mauri para hacer las fotos en la Plaza de las Comendadoras.

Se lo pasa pipa, da gusto verle. Dice: "Mauri, ¿por qué no me sacas aquí con la bici?", "Mauri, ¿y si me mojo el pelo?". Tere sonríe costipada y cuando la sesión -breve- ha terminado y ya hemos tenido la pertinente discusión sobre la autenticidad del Pressing Catch, nos quedamos Alberto y yo solos en el despacho para hacer la entrevista.

Sólo que desde el principio se ve que no va a ser una entrevista normal: más que nada porque los dos nos caemos bien y además nos gusta hablar mucho y de repente él menciona a Kafka y Faulkner y nos ponemos a repasar "Looking for Richard" o hablamos de amigos y bares comunes y cada pregunta se alarga tanto que al final tenemos que acabar el encuentro en el bar de abajo, como debe ser, los dos enzarzados en una charla que nos lleva desde proyectos de cortometrajes a trascendencias energéticas pasando por ilusiones, libros recomendables y ciudades con un encanto inquietante.

Se nos hace tardísimo, pero nos merece la pena. Nos damos un buen abrazo, quedamos en vernos en Málaga -si recuerda mi nombre y mi cara, porque Alberto, no lo neguemos, es un tipo despistado y tampoco parece tan grave- y subo San Vicente Ferrer hasta "3 Rosas Amarillas", donde se presenta "Cazadores de Letras" de Ana María Shua, que precisamente salía esta mañana en "El Mundo", poco después de la crítica de Anson a los Killers, que, con todo, sigue siendo el momento insuperable del día.

Llego tarde, por supuesto. Tarde para la presentación pero justo a tiempo para la tortilla y para ver a Matías Candeira y felicitarle por su libro y animarle por todo porque todo le va a ir bien -probablemente, mañana aquí tendrá una crítica más a sumar a las que ya tiene- y matizar aquello de los seguidores de Carver, porque él tiene que saber que yo soy un seguidor de Carver aunque no lo diga y a mí me da un poco igual porque volvemos a lo del principio: ¿por qué a todos tendría que gustarnos lo mismo?

Nos acercamos a por las patatas y nos encontramos con Juan Casamayor, editor de Páginas de Espuma. "Nos ha llegado tu libro", confirma, cuando le digo el título. Claro, el chiste "La Crisis ha llegado a Páginas de Espuma" es realmente irresistible. Al menos con este manuscrito la gente pone interés. "Ha pasado a lectura ya, en un mes te decimos", añade, y aunque pone todas las reservas lógicas en este mundo editorial, reconoce: "Le he echado un vistazo por encima y creo que van a dar un informe positivo porque tiene buena pinta, lo que pasa es que...".

Lo que pasa es que están superados y saturados y es normal y no todos cabemos. Pero tampoco tenemos prisa. Saber que las cosas se hacen bien es la mayor recompensa. Los resultados, para Capello. Me despido pronto de todo el mundo, le compro otro libro a José Luis -un libro que viene en el pedido como escrito por Jorge Loriga, qué curioso, creía que ya nadie en el mundo le llamaba así- y me voy a tomarme unas albóndigas, reparando en el hecho, cómo no, de que el primer vídeo que ponen en "La Petisqueira", nada más entrar, es "Spaceman" de The Killers. Será que a Dios le gustan los relatos cerrados.

Tercer aniversario


Tal día como hoy de 2006 empezaba este blog, con el objetivo de dar publicidad a "Pequeños objetivos", mi primer libro de relatos en solitario. De hecho, aquel primer post decía:

"Hoy debería haber sido el día, y sin embargo... Libros en la Carretera de Vallecas con Villaverde y una ausencia palmaria de coche. Trabajo que se acumula en distintos ámbitos. Demasiados. Parece ser que todo se retrasará hasta el lunes, aunque el problema de los retrasos es que las nuevas fechas, a su vez, no son de fiar.

Y, luego, la ansiedad, claro: demasiados meses esperando este momento.

Le comentaba a Chica Abril hace poco que quizás sea lo mejor. Quizás el libro al final haya sido un desastre de edición e impresión y no saberlo hasta el lunes sea una manera de ahorrarme un disgusto, o, al menos, aplazarlo dos días.

Empezar el lunes con una buena noticia sería algo maravilloso. Empezarlo con una mala entra dentro de la tradición cultural. No tengo por qué preocuparme, creo que todo va a ir bien y que con creerlo basta para que se cumpla."

Hacer resumen de tres años sería muy complejo y además me suena que ya he hecho demasiadas veces algo parecido. Eso está muy bien para el que lo escribe y se reconoce y es más bien aburrido para el lector que, como todo el mundo sabe, entra aquí sólo para saber qué opina Anson de The Killers...

Dejémoslo en que desde entonces he cambiado unas cuantas veces de trabajo, colaboro en varias revistas prestigiosas y he publicado otro libro más, con la perspectiva muy cercana de un nuevo libro de relatos, tres años y pico después, una barbaridad.

Me faltan datos de los tres primeros meses, que no llevaba contador. Desde junio de 2006 ha habido un total de 161.400 visitantes únicos que han hecho 219.540 visitas. En 2006 fueron 11.922, en 2007 fueron 47.383; en 2008, subieron a 73.804 y siguiendo la media de estos tres meses -aunque las elecciones de Galicia y País Vasco desvirtúan un poco los datos, llegué a tener un pico de 1.700 visitas en un solo día- en 2009 llegaríamos a los 120.000 visitantes únicos.

Que sé que no es una barbaridad, pero me llena de orgullo y satisfacción, que diría aquél.

Algunos pequeños cambios: he introducido mi nombre en el título del blog. Me parece que tiene sentido. Demasiada gente no sabía quién demonios escribía esto. "Un tal bretguile", leí por ahí. "Elchicoquequeríaserbreteastonellis", dicen otros. Pronto, habrá más novedades relacionadas con la página web. Tengo una página web que es un desastre, pero en muy poco tiempo dejará de serlo. Ya les iré informando.

De momento, gracias por estar ahí y por volver.

Luis María Ansón y los Killers


Sí, han leído bien. Entre las mil críticas publicadas ayer y hoy del concierto de The Killers -al que, al parecer, fue todo Madrid, enterito- destaca la de Luis María Ansón en la primera página de "El Mundo". ¡Primera página! Ansón, periodista rancio donde los haya y director del ABC más conservador antes de fundar "La Razón" ni más ni menos, resulta que es fan de los chicos de Brandon Flowers. No sólo habla del concierto como si hubiera estado ahí -a veces uno se siente tentado de pensar que efectivamente estuvo ahí- sino que repasa toda su discografía, menciona las canciones más importantes... y por supuesto hace un elogio de la bandera española que según él "desplegaron" en el concierto (simplemente la pusieron en la pantalla de atrás, en Barcelona hicieron lo mismo con la catalana, eso probablemente él no lo sepa o no lo quiera saber).

En cualquier caso, me ha hecho gracia. Obviamente, Ansón no es mi periodista favorito. No está entre los cinco primeros. Y así podría ir bajando... pero verle firmar una crítica de un concierto de The Killers que empezaba diciendo que José María Aznar estaba entre el público me ha parecido suficientemente surrealista como para mencionarlo aquí.

Y por fin he encontrado el enlace en elmundo.es. Es este. Por su interés (friki) lo reproduzco aquí:


ESTABA TODO Madrid, desde Aznar, el político, a Guti, el futbolista; desde Hugo Silva, el televisivo aspirante a actor, a Mónica Cruz, la actriz excelente; desde pepepijos de vario pelaje a destacados progres caviar socialistas; desde señores antiguos de corbata hasta adolescentes ombligueras, lolitas de vaqueros ceñidos como la piel, jovencitas minifalderas, «al aire el muslo bello y flojo el cinturón». La juventud era una llamarada encendida en el Palacio de los Deportes. Los nuevos ídolos -Dave Keuning, Ronnie Vannucci, Mark Stoerner y, sobre todo, Brandon Flowers- se trajeron la luz de California, de la vieja California hispana, desplegaron una gran bandera española y gimieron a un ritmo enloquecido, mientras las espectadoras sobre los hombros de sus parejas se entregaban al orgasmo de la música eterna de la negritud. Durante horas, ellas y ellos danzaban el pop con frenesí en la noche serena con llama que consume y no da pena. No lo sabían, pero la caballería, como en el verso de San Juan, a vista de las aguas descendía. Y Aminadab, cabreado, no aparecía por ninguna parte.

Me acordé de hace cuarenta años, más de cuarenta años, cuando escuché por vez primera a los Rolling Stones en Londres. Kennedy caía asesinado por Oswald sobre el regazo de Jacqueline a la que cubrió de rosas rojas. Juan XXIII moría dulcemente sobre la paz en la tierra. Rolf Hochhuth escandalizaba con El Vicario.Bartok estrenaba El castillo del duque Barba Azul. Igor Stravinski, al que entrevisté en Madrid, El diluvio universal, Franco fusiló a Grimau, riéndose del Papa que pidió su indulto. Claro que para el dictador español, Pablo VI era un rojo que hacía de Papa.A Mandela le condenaban a cadena perpetua. Le Corbusier escalaba las puertas del cielo y Mao ponía en marcha la Revolución Cultural.Yo vivía días de amor y rosas, luna de miel en la guerra de Vietnam, y luego largo exilio en Hong Kong por el pecado de haber escrito un artículo, La Monarquía de todos, que encrespó al dictador.

Their Satanic Majesties Request eran el rayo que no cesa y se enfrentaron a los Beatles. Rollin' Stones Blues fue la canción de Muddy Waters que inspiró el nombre de los balas perdidas.Se impuso el machismo electrizante de los Stones, el rock'n' roll de grueso calibre, al fondo el blues, lejos aún los sonidos brit pop, con Mick Jagger descoyuntado, Keith Richard entre guitarras, todavía Chuck Berry en su aliento, y un Brian Jones que se estremecía con la psicodelia y terminaría muerto en su piscina. Volaban ya los pájaros de Hitchcock. Martin Luther King luchaba contra el racismo. Leíamos Rayuela. La muerte de Nehru ensombrecía a la india y Ngo Dinh Diem, al que entrevisté en Saigón en junio del 63, caía asesinado unos meses más tarde y abría la guerra de Vietnam.

Y ahora, cuatro largas décadas después, los Killers, que están desbancando a U2, prorrogan el fenómeno social de los Stones y los Beatles. Hot Fuss, Sam's Town, Sawdust y Day and Age son los álbumes del fulgor que no cesa. Por eso el mundo madrileño in se instaló en pleno en el Palacio de los Deportes. Un bosque de manos alzadas acompañaron las canciones de los Killers y se hicieron paroxismo al final cuando el grupo rugió con Read my mind, con When you were young. La juventud electrizada lo desbordó todo mientras los señores antiguos, los carrozas disfrazados de chaqueta, e incluso de corbata, los muy cutres, contemplábamos atónitos el esplendor del incendio.

lunes, marzo 23, 2009

The Killers en Madrid


Es bueno apostar sobre seguro. Pides cosas y te las dan. Así de sencillo. Fantaseas durante meses, entrada de 40 euros guardada en la cartera, con qué harás cuando toquen "Somebody told me" o "Mr. Brightside" o "Smile like you mean it", "Sam´s Town", "Read my mind", "Human", "Spaceman"... e incluso tienes algo de miedo de que se pongan a cantar todas las del último disco y abandonen los grandes éxitos. Los fans siempre tenemos un miedo atroz a los últimos discos.

Pero no.

The Killers hicieron exactamente lo que se esperaba de ellos y no decepcionaron a nadie. Hablaron en español, dijeron que Madrid era la mejor ciudad posible para acabar su gira europea -poco convincente si se tiene en cuenta que Madrid ni estaba en la primera lista de conciertos que dieron- y tocaron absolutamente todos sus clásicos en un Palacio de Deportes a reventar, con un público sorprendentemente lleno de adolescentes alegres.

La primera canción fue "Human", la tercera, "Somebody told me". La quinta o sexta, "Spaceman", de lejos la mejor del tercer disco, que, digan lo que digan, no es tan malo. Eso sí, lo despacharon cuanto antes, para dejar sitio al pan y la mantequilla. Hubo algunos bajones de ritmo y demasiadas canciones que en directo empiezan igual, con el teclado sonando ahí misterioso, creando una oleada de expectativas: "¿Será "All these things I´ve done"? ¿Será "Read My Mind"?" No, es "The world we live in".

No se excedieron en la parafernalia. Menos aún que Fito y Fitipaldis, por poner un ejemplo. Una pantalla tremendamente pixelada detrás del escenario y los grandes videomarcadores de los laterales en negro. Yo, desde donde estaba, pie de pista, cerca de unas escaleras, no conseguía ver nada. Pero uno no va a ver a los Killers para ver a los Killers sino para intuírlos y en eso está el encanto, por supuesto.

Tampoco fue un concierto muy largo. Remolonearon un rato y de repente dieron quince minutos mágicos con "Read my mind" seguida de "Mr. Brightside", acabando con "All these things I´ve done", que si no es la mejor canción de lo que llevamos de siglo, está entre las cinco mejores seguro. Orgásmica. If you can hold on, if you can hold on... hold on. Lástima que la entradilla en forma de gotera -así la califico yo- se perdiera entre el batiburrillo de los murmullos.

Luego, los bises. Poco contundentes si exceptuamos la magnífica "When we were young" que, de hecho, acabó el concierto. Brandon Flowers nos avisó: "Nos queda una canción", y obviamente tenía que ser esa. No iba a ser "Goodnight, travel well".


Un buen trabajo. Muy buen trabajo. Un gran sonido y mucho entusiasmo. Poco rollo "estrella del rock" que a veces me molesta un poco en Flowers. Una hora y media. Para mí, suficiente. Sacarán un cuarto disco y volveremos a pagar 40 euros por escuchar "Mr. Brightside" y suplicar por que acaben con "Read my mind". Ah, los fans! Esos nostálgicos...

domingo, marzo 22, 2009

La muerte de Jade Goody


Si no saben quién es Jade Goody no se preocupen, yo les explico: ex-concursante problemática de "Gran Hermano" inglés, con problemas de adicción propios y familiares, carácter marcadamente violento, con tintes xenófobos y racistas, una concepción demasiado agresiva de la juventud -participó con 20 años-, que se convirtió en una especie de figura del telecotilleo británico como pudo haberlo sido, pongamos, el Yoyas si se hubiera prestado a ello.

Su vida no mejoró tras el paso por televisión: se casó, tuvo dos hijos, se divorció y le detectaron un cáncer. No sé si esto fue todo tan rápido, tengan en cuenta que este es el resumen del resumen y vayan suponiendo que este post no es sobre Jade Goody.

Con el cáncer a cuestas -sentencia mortal, dijeron los médicos- Jade volvió a los medios, con su cabeza rapada -por cierto, nota a los directores de cine: los enfermos de cáncer que reciben quimioterapia no se rapan el pelo sino que se les cae, de ahí que sea complicado tener la cabeza completamente pelada y las cejas pobladísimas, aunque supongo que habrá casos-, para dar unas cuantas exclusivas, casarse en directo con un convicto de permiso, vender todo lo que le quedaba por vender de su vida privada e incluso charlar con el Primer Ministro británico.

A la prensa le pareció fatal. Como siempre. A la seria y a la menos seria. Le pareció fatal y luego pusieron todas las imágenes y las fotos en portada y vendieron miles de periódicos. Como es habitual. Por no hablar de los que directamente la pagaron por todo ello.

La prensa es una cosa asquerosa, a veces: tenemos que entender que le molesta que la gente venda su vida pero ve perfectamente normal vender ellos mismos la vida de los otros. Lo que les jode es que el dinero se escape entre los dedos. ¡Está ganando dinero por contar su vida y la de sus hijos! ¡Está explotando el morbo! ¡Qué escándalo!

Todo ello en portada, insisto. Porque vende, claro.

Esta noche, Jade Goody ha muerto y yo me quedo como estaba, igual que ustedes, pero veo que elmundo.es, que se llenó de comentarios indignados en blogs y artículos por la mercantilización del sufrimiento, pone su muerte en portada, como noticia principal. Lo dicho, porque vende.

Yo nunca he entendido la indignación, honestamente. Ni cuando lo hacía Rocío Jurado. Ni Margarita Seisdedos por así decirlo. Todo ese coro de periodistas del corazón que se ganan miles y miles de euros por programa por hablar de los demás, todo para acabar comentando indignados cuando pierden la exclusiva: "¿Quién se cree que es?" La que tú has querido que sea. Esa misma es.

Pretender que sólo la prensa puede ganar dinero con el morbo ajeno es absurdo. Escandalizarse, además, cuando es el propio vivo (o muerto, en este caso) el que se lleva su parte de la tarta, es además bastante hipócrita, ¿no creen?

viernes, marzo 20, 2009

Cosas insignificantes


No sé de dónde sale el tremendismo mexicano. Esto no es una reflexión, sino la puesta en evidencia de mi incultura. Supongo que habrá estudios al respecto y que datarán el fenómeno en la época pre-hispánica, pero para mí todo esto empieza con Iñárritu, Arriaga y "Amores perros", ese cruce de historias truculentas en el D.F., donde la burguesía y la clase baja compartían sufrimiento, dolor y crueldad llevada al extremo.

Algo de eso hay en "Cosas insignificantes", la enésima producción de Guillermo del Toro -algo así como el Carlos Jean del cine- y cuyo estreno en España se anuncia para las próximas semanas. Quizá la crueldad no es tan impactante como en el cine de Arriaga, pero está la soledad en la ciudad enorme, está la diferencia social salvada por el sufrimiento común, están los niños y los ancianos y las chicas guapas y las chicas feas. La incomunicación, los problemas, el llanto, el ruido de los coches...

La película de Andrea Martínez Crowther se deja ver y va mejorando con los minutos. Además, consigue reducir el dolor a una hora y media, que se agradece. Al principio, cuesta entrar en los personajes y en la narración. Algunos diálogos son francamente mejorables y en ocasiones el dramatismo resulta francamente exagerado. Si hay que sufrir, se sufre, pero sufrir para nada es tontería.

Poco a poco, gracias sobre todo a las excelentes actuaciones del reparto -fantástico una vez más Carmelo Gómez, aunque eso no es ninguna novedad-, el espectador va entrando en juego y reconociendo el estilo y la historia. El denominador común es: todo lo que puede ir mal, va a ir mal, vete preparando, aunque en general, los finales -los diversos finales, tantos como historias cruzadas- son esperanzadores.

Curioso ver a Lucía Jiménez con acento mexicano, aunque en general es una actriz que parece que no explota todo su talento. Parece que lo tiene, pero también da esa constante sensación de guardárselo.

Demasiada tristeza, en general.

Al menos para un viernes de sol por la mañana.

jueves, marzo 19, 2009

Florentino Pérez: La Amenaza Fantasma


Parece que nadie pone en duda que Florentino Pérez será el próximo presidente del Real Madrid. Si él quiere, claro. Nadie pone en duda que arrasará en unas elecciones -probablemente ni tuvieran que celebrarse- porque es un excelente gestor, un hombre de orden y un multimillonario que traerá a los mejores jugadores del mundo a golpe de talonario. El Marca habla hoy de 300 millones en 3 jugadores: 150 por Iniesta, 100 por Cristiano Ronaldo, 50 por Villa.

Obviamente, eso es una locura que no se creen ni ellos.

A Santiago Segurola le gusta recordar que Pérez acabó su etapa en el Real Madrid después de dos años sin ningún título, con Benito Floro de director deportivo y López Caro de entrenador, más -añado yo- un nutrido grupo de incompetentes en su Junta Directiva, entre los que estaban el que sería presidente, Fernando Martín, que recientemente consiguió hacer quebrar a su inmobiliaria Martinsa, dejando un inmenso socavón en el sector, y el mismísimo Ramón Calderón, dimitido por mentiroso y tramposo.

Buenas credenciales.

Lo del dinero es otro tema: la gente habla del dinero que se va a gastar Florentino como si ese dinero fuera suyo y no del Real Madrid. Si en 2000 hubo dinero para Figo, Zidane, Ronaldo, Beckham... algo tuvo que ver la recalificación de terrenos de la Ciudad Deportiva de la que el propio Florentino y ACS se beneficiaron. En su momento. Ahora que no venden ni una oficina no está tan claro.

Por supuesto, Pérez sigue siendo una de las grandes fortunas empresariales del país, con participación en todo tipo de negocios. Pero ante todo es un constructor, y no parece el mejor momento para que un constructor se gaste 150 millones de euros en Iniesta. Aparte, como decía, parecemos olvidar que el presidente del Real Madrid no gasta su dinero en fichajes: gasta el dinero del club. Que sí, que con sus contactos e historias puede ayudar, pero esto no es una sociedad anónima. El Madrid es un club con su propio patrimonio y con ese patrimonio será con lo que fiche o no.

Un buen gestor y avalista ayudará, pero dentro de un límite.

Otra cosa es la planificación deportiva. Se han oído auténticos disparates. Que venía Benítez -recién renovado por el Liverpool-, que volvían Roberto Carlos y Beckham -casi 70 años entre los dos-, que Zidane iba a ser el director deportivo... Cristiano Ronaldo, Gerrard, Xabi Alonso, Cesc, Villa, Benzema... Lo va a fichar todo y además se lo va a fichar a los ingleses, precisamente. Habrá que verlo.

Florentino es un hombre con un ego inmenso. Eso dificulta su elección de entrenador. El Madrid podría tener a Mourinho, pero los choques serían constantes y el Bernabéu se aburriría. Podría tener a Wenger, pero Wenger necesita poder y decisión y no lo va a tener. Tampoco va a disfrutar de paciencia. Eso limita el número de posibles entrenadores y curiosamente deja a Juande Ramos en una posición no-tan-mala: es callado, trabajador, da resultados...

Si el aficionado del Madrid piensa que la llegada de Pérez va a revolucionar la entidad, se equivoca. Está destinado a la decepción y la frustración. Lo dicho: recuerden cómo salió Pérez del club y adónde lo llevó. Recuerden su idea de "los mejores jugadores del mundo": los que más camisetas venden. Mientras en el Madrid envejecían viejas glorias, los demás equipos formaban su futuro. Ni Figo fue mejor que en el Barcelona, ni Zidane mejor que en la Juventus ni Ronaldo mejor que en el Inter, Beckham en el Manchester o el irrelevante Owen en el Liverpool...

Are you calling me darling? Are you calling me bird?


Llenamos los días de amaneceres imprevistos y algo absurdos. Viajes a Alcalá de Henares -¡Alcalá de Henares!- con el cese de funcionario interino metido en el libro de Matías Candeira todo para que un amable burócrata me sonría y me diga: "Muy bien, mañana estás en las listas" y yo me pregunte para qué demonios se inventó el fax en estos tiempos y por qué era tan necesario que me levantara a las 7 de la mañana para estar ahí a las 9 si eso era todo lo que tenían que decirme.

Viajes al médico para que te diga "los análisis están bien. Toma". Y te vuelvas, medio sonámbulo, a desayunar mientras en el Marca alguien escribe alguna chorrada sobre Florentino Pérez y uno acabe quedándose dormido en medio del shiatsu o en el Retiro, quemado por el sol, mientras una chica sonríe todo el rato.

Llenamos las tardes de siestas gigantescas y excursiones a "Tres rosas amarillas". Quizá no conozcan "Tres rosas amarillas" porque no deja de ser una librería de barrio, pero es la librería de mi barrio y está especializada en relato y he decidido que todos los libros que compre los compraré ahí, porque mejor será que ellos se lleven mi dinero a que se lo lleve el Señor FNAC. La última adquisición: "Lo peor de todo", de Ray Loriga, re-editado y hojeado muy brevemente en una terraza de la calle Ruiz -la mesa está cuesta abajo y tengo vértigo-, especialmente la parte de "VÁYASE USTED A TOMAR POR CULO", que siempre fue mi favorita.

¿Las noches? Las noches son un tema. Presentaciones de festivales de cine y conciertos fugaces en el Costello -Anne no estaba, sus amigos tampoco, la Chica Portada y yo nos limitamos a tomar una copita e irnos a casa, sin estirar la cuerda, porque hay muchos días por delante y yo, en el paro, tengo mucho peligro-.

O conciertos en el Búho Real con Patricio de nuevo. Ahora, todo tiene cierto sentido. Es reconfortante. Conozco las canciones y me siento en las mesas e incluso hablo con él e intercambiamos obras -yo ya tenía mi disco, él ahora tiene mi libro y muestra un entusiasmo inesperado- y elogios. La sala empieza vacía y acaba llena y la gente habla y él se enfada y en lo que a mí respecta tiene toda la razón del mundo porque ya está bien de convertir los conciertos en actos sociales: a un concierto se va a escuchar, murmurar entre canción y canción como mucho, y luego ya el post-concierto separará a los niños de los hombres.

No conozco a nadie que cante tantas veces a Nueva York sin nombrarla, lo que me recuerda que, quizá, si todo va bien -y nadie le cree, nadie se lo cree- este verano yo estaré atravesando Estados Unidos desde Chicago a Portland y luego abajo, a San Francisco y Los Ángeles, en un coche, con una chica rubia, durmiendo en moteles y rodeados de pistolas.

Quiero conocer Montana. Es mi idea del fin del mundo.

Nos quedan las madrugadas. Las madrugadas de Patricio son madrugadas de Toni 2 y reconozco que me siento tentado. Muy tentado. Pero no. Mis madrugadas son de compadreo talleril, restaurante mexicano agonizante, una PDA con mapas de Avignon -definitivamente, pasamos por Hondarribia y Burdeos a la ida y volvimos por Avignon y Barcelona- y varias conversaciones masculinas. Echaba mucho de menos las conversaciones masculinas. Y eso que ni mencionamos el fútbol.

Mis madrugadas son madrugadas de pertenencia: madrugadas de Moloko hasta arriba de gente pero en medio de todo ese calor y ese humo, chicas preciosas que siguen sonriendo -esa estúpida manía primaveral- y la sucesión de Pulp, MGMT, The Ting Tings -¿y The Ting Tings, lo siento de nuevo, no tienen un aire a los mejores Roxette ochenteros antes de los baladones?-, The Killers, Editors...

Los abrazos ebrios.

Los mensajes absurdos.

Todo eso.

Y la esperanza de que se repitan en un eterno retorno.

Las sonrisas, digo.

miércoles, marzo 18, 2009

Nacho Vigalondo y Watchmen

Absolutamente sensacional... (Fondo y forma, de nuevo)

The Kinks- Days

A mí me gustan las canciones rencorosas. Me encantan. Supongo que eso quiere decir que en el fondo soy un rencoroso, pero en la forma... En la forma soy un nostálgico melancólico incapaz de romper cordones umbilicales y con mucha dificultad para el odio masculino de barra de bar o botella de agua mineral contra el suelo hija-de-una-hiena.

Yo querría haber escrito "You oughta know", por ejemplo, pero no, creo que no será posible.

Por otro lado, y por muy melancólico que sea, y por mucho que me empeñe en recordarlo todo con cariño y entusiasmo y adolescencia, me sigue fascinando que alguien pueda darle las gracias a la persona que le ha dejado. Me fascina, en serio. Que te destrocen el corazón y la vida y aun así puedas sacar fuerzas, sonreír y decir "gracias". ¿Por qué? "por esos días".

Nuestras vidas son estanterías del techo al suelo. Eso es lo que son. Podemos llenarlas o vaciarlas o dejarlas como están. Yo tengo pánico al vacío y lo acabo dejando todo por ahí amontonado y, sí, cuando me dejan (o cuando dejo, suele ser lo segundo), me da por mirar embobado a la pared y decir "gracias". Corres un riesgo, claro: te acercas peligrosamente a Amaia Montero, esa chica a la que dejaban en todas las canciones de La Oreja de Van Gogh y ella seguía sonriendo como si nada. Inquietante, hasta que descubrí que el compositor la odiaba y todo empezó a tener sentido.

A Lidia la dejan mucho menos, donde va a parar.

Pero, bueno, el caso, que supongo que puedes escribir una canción ñoña, nostálgica, de aceptación y resignación y alegría y que sea una canción brutal, de las mejores del siglo. A mí es lo que me parece "Days". Es lo que me parece casi todo lo de los Kinks, probablemente el grupo más infravalorado de la historia, quizás junto a la Creedence Clearwater Revival -¿los más sobrevalorados? ¿Queen y Led Zeppelin? Oh, lo siento, lo siento...-.

Porque, al fin y al cabo, la pregunta acaba siendo la misma: ¿qué demonios hacemos con la melancolía?

martes, marzo 17, 2009

Rafa Pons y el bicho


Por supuesto, todos lo sabíamos. Lo sabía yo y lo sabían ustedes, si leyeron los comentarios que se fueron dejando en su momento: Rafa Pons ha grabado su vídeo-debut, "No hay sexo seguro" con Carlos, el famoso "bicho" de "Contigo no, bicho", una obra maestra del frikismo youtubero y cuyos diálogos ya les gustaría haber escrito a muchos guionistas.

Entre ellos yo, claro está.

Además, conocía detalles, pero me los callé. Por respeto y por amistad y porque las cosas que se dicen en los bares se quedan en los bares. Aún hay gente que se llena de prevención cuando habla conmigo y dice cosas como "esto no lo pongas...", pero aquí, la verdad, se pone más bien poco. Sólo lo que cualquiera podría ver y oír. Las conversaciones privadas se guardan. Es lo lógico.

El caso es que tenemos vídeo de Rafa y lo tenemos con El Bicho. Excelente campaña publicitaria y excelente tipo, por lo que cuentan. Lleva un buen tiempo "escondido" de los medios de comunicación y nunca ha querido sacar partido de su éxito mediático -es arquitecto y tiene una reputación-, así que es indudable que si se ha metido en esto es por pura admiración a Rafa Pons. Admiración muy lógica, por otra parte.

Gracias al blog de Víctor Alfaro he conseguido por fin copiar el embed del vídeo. Aquí os lo dejo. Genial la última escena y canción realmente buena de Rafa.

lunes, marzo 16, 2009

Quico Alsedo y el Toni 2



En "El Mundo" la cogen con un tema y no lo sueltan. Van por oleadas. No sólo en el periódico, por lo que veo, sino incluso en sus ramificaciones televisivas: en portada anuncian una entrevista de 12 horas con Pedro Ruiz en Veo TV. Y lo anuncian con orgullo, que es lo más curioso. Hay que tener un ego enorme para aguantar doce horas seguidas de entrevista, aunque supongo que hay que tener un ego enorme para tirarse a la mitad de las mujeres que se ha tirado Pedro Ruiz. Todos mis respetos.

A lo que iba: "El Mundo" y sus temas. En ocasiones, es Vetusta Morla. Les encanta Vetusta Morla y a mí me encanta que les encante. Hoy les ha dado con el Toni 2, un viejo conocido de los habituales de Libertad, 8. Roberto Bécares pone las imágenes y Quico Alsedo el texto, en dos blogs distintos. A Alsedo le metí un buen palo hace poco precisamente a cuenta de Vetusta Morla. Sin embargo, su análisis del piano-bar me gusta mucho. Se parece mucho a lo que yo pienso. Fíjense en esta frase:

"Hordas de chavales lo frecuentan desde hace un par de años en busca de morbo serie B, lo que cohibe a la clientela habitual".

Compárenlo con lo que yo escribí hace unos ocho meses:

"Los jovencitos estamos ahí, morbosos, observadores, regodeándonos del hecho de que nosotros no somos como ellos, que aún no somos como ellos, e incluso podemos entrar en su recinto sagrado sin miedo a que ellos se cuelen en los nuestros".

Se parece, ¿verdad? Yo merecería tener un blog en El Mundo, también. Supongo. No estoy seguro. Cuando releo mi novela se me cae el alma a los pies, pero aun así la terminaré, claro. Como todo. En cuanto al Toni 2: no sé, no he vuelto. El Toni 2 y el Leidi Pepa´s. Los dos grandes iconos de la madrugada madrileña. Mi novela habla de Costello y Délic y se olvida de lo más importante, pienso. O quizá no, quizá los libros estén ya demasiado llenos de decadencia y la gente lo que quiere es la luz de la Gran Vía. O mapaches. No tengo ni idea de lo que yo quiero como para ponerme a pensar en lo que quieren ustedes, señoras y caballeros...

domingo, marzo 15, 2009

El Madrid saca petróleo de la histeria del Athletic


Caparrós equivocó el análisis de la derrota del Madrid en Liverpool. Tampoco hay que culparle demasiado por ello, porque es un análisis muy hispano y a la vez muy barato, de los que es fácil comprar. El Madrid no perdió 4-0 en Liverpool por una cuestión de actitud o de carácter. Perdió por juego. Benítez no apeló a la épica, sino a la presión ordenada, al movimiento rápido de balón, a la búsqueda de espacios... Así, desarboló a los blancos.

El Athletic de Bilbao lo intentó a la tremenda y si algo ha demostrado el Madrid en los últimos dos años y medio es que a la tremenda siempre acaban ganando. Confundió contundencia y presión con violencia e histeria. A los seis minutos ya llevaba dos tarjetas amarillas. Acabó el partido con ocho amarillas y tres rojas, dos de ellas a miembros del banquillo, lo que da una idea del nivel de tensión exagerada con la que el equipo vivió el encuentro.

Y eso que el árbitro obvió una clarísima agresión de Fernando Llorente en la segunda parte y una entrada de Gorka Iraizoz a la rodilla de Higuaín que probablemente también fuera roja directa, ya con 2-4 en el marcador.

La primera parte fue una muestra de lo que iba a ser el partido: el Athletic salió en tromba pero sin ideas. No quiso pensar y de esa manera hizo el partido más fácil al Madrid, que solo tenía que sobrevivir. El Madrid se ha acostumbrado tanto a la supervivencia que parece su ámbito natural. No pareció exigido en ningún  momento. El Athletic hacía y deshacía según su estado de ánimo, pero las oportunidades eran blancas. No sólo las oportunidades: sin aparente esfuerzo, consiguió un 0-2 que parecía dejar todo visto para sentencia.

No fue así. En una acción dudosamente deportiva, el Athletic eligió no tirar un balón fuera -el Madrid había hecho algo parecido al principio del encuentro, obviamente no era partido para tomar prisioneros- y la jugada deslabazada acabó con una torpe intervención de Heinze, que se metió el gol en su propia puerta. Casillas salió enfurecido del área a protestarle a Yeste y el vasco le empujó en carrera, con dos manos, delante del árbitro. De acuerdo que Casillas exageró de manera impropia, pero la expulsión era inevitable, igual que innecesaria. Tu equipo ha marcado, ¿a qué viene ese regalo?

Pudo marcar el 1-3 el Madrid en un par de ocasiones de Robben -individualista, sí, pero igualmente decisivo, las críticas a este jugador en este equipo son un delirio- y el que acabó empatando fue Fernando Llorente, con un dificilísimo cabezazo que se tragó un desconcentrado Casillas. El Athletic empataba la batalla pero se condenaba a perder la guerra: desquiciado, ansioso, violento, desordenado... el equipo era un filón para las contras madridistas, la especialidad de la casa.

Marcó Huntelaar nada más empezar la segunda parte y eso acabó con el resuello bilbaíno. Sí, hubo una nueva apelación a la épica, algarabía en la grada, protestas airadas y gestos muy dudosos, pero fútbol, ninguno. El Athletic no hizo más que tirar faltas y corners sin real sensación de peligro. A la contra, de nuevo, el Madrid marcó cinco. Pudieron ser más, claro. Lo dicho: el instinto de supervivencia de este equipo es descomunal. Queda a tres puntos en la liga a falta de lo que haga el domingo el Barcelona en Almería.

Sobre el Athletic penden muchas dudas: si este va a ser su planteamiento en la final de la Copa, con la misma histeria y la misma exageración desde el minuto uno, el resultado no variará mucho del de hoy. Pueden ser cinco o pueden ser siete. Está bien pensar que el fútbol es un estado de ánimo, pero resulta absurdo pretender que sólo es un estado de ánimo. Hay que hacer algo más que gritar, retorcerse y entrar con la plantilla y el puño por delante.

viernes, marzo 13, 2009

Matías Candeira y Dani Flaco en directo


Traduzco rápido y me quedo medio dormido. No ha habido siesta por algún motivo que no recuerdo o que es mejor no recordar. Salgo como puedo hasta Chueca y en la plaza cierran el mercadillo. Chicas guapas esperan en los bancos. La Chica Portada sale del metro absolutamente impresionante, con su nuevo corte de pelo y su minifalda con mallas blancas, y tiramos para Libertad, 8, donde irónicamente no actúa un cantautor sino un escritor.

En territorio enemigo, fíjese usted.

El escritor es Matías Candeira y el libro que presenta es su primero en solitario, "La soledad de los ventrílocuos", publicado por Tropo Editores, los mismos que apostaran hace poco por Lara Moreno y quién sabe si apostarán algún día por mí. Todo es posible. A Matías le conocí hace unos cuatro o cinco años -algo improbable, porque él sólo tiene 24 y de hecho fue a clase con la Chica Portada antes de que yo la conociera a ella, esto parece "Crash"- cuando tomó mi relevo en GrupoBúho como supervisor del área de cuentos.

Luego perdimos el contacto. Hasta que llegó Facebook, como suele suceder.

Nos colocamos en una mesa del fondo a la derecha. La mesa en la que solía ver los conciertos de Luis Ramiro hasta que decidí que mejor Galileo. Somos tres. Con nosotros está Olga, también vieja conocida de Evoluziona y que anda con la promoción de la Editorial GrupoBúho. Mi editorial, por otro lado. Y Matías está nervioso, claro, y muy colorado y Óscar, de Tropo, empieza la presentación con su entusiasmo habitual y luego habla un chico que parece muy amigo de Matías y que defiende sus relatos "no sólo por lo que son sino por lo que no son", y al parecer no son de chico-chica, no son estilo Carver, no hay parejas cogiéndose de la mano y no hay palabras horrorosas como "alma".

Quizás es una presentación un poco agresiva. No sólo porque yo escriba al estilo Carver y en mis relatos sí haya parejas cogiéndose de la mano -e incluso cosas peores- sino porque me parece que desvía la atención sobre el propio libro de Matías para ajustar cuentas no se sabe con qué. El libro de Matías seguro que es estupendo por lo que es y sólo por lo que es, porque escribe lo que quiere y como quiere y sin preocuparse de si hay mapaches o no y si eso es mejor que ex novias. Porque supongo que hay sitio para todos, para sus mapaches y mis ex novias y una cosa no tiene por qué invalidar a la otra.

Matías está decididamente nervioso, pero resulta entrañable verle ahí, rodeado de amigos por todos lados -Libertad está lleno- sin saber muy bien qué decir y deseando acabar y empezar de nuevo a la vez, supongo. Los libros se venden a porrillo -yo ya compré el mío hace tiempo, en la tienda- y aprovecho para hablar con Mario, también de Tropo, y con Vicky, y con Reca, pero en seguida nos vamos: la Chica Portada hacia El Sol y yo hacia el Búho Real para ver a Dani Flaco.

Hace un mes y medio de la última actuación y el boca-a-boca ha funcionado de manera estupenda. Tanto, que el bar está lleno. Hasta arriba. Todo vendido. Albert Sants, Pablo Ager y yo en una esquina charlando de fútbol y catalanes y apenas escuchando a Dani porque nos ha tocado un grupo de hooligans delante que no están a lo que están. Extraño lo de los públicos.

Esta vez no hay invitados famosos pero sí hay invitados ilustres: los propios Albert y Pablo. Dani está exultante, porque se ha comido unos cuantos conciertos con 25 personas y de repente encontrarse con 80 es una gozada. Una especie de premio al trabajo bien hecho. Mañana toca en Luz de Gas y lo retransmite TV3, así que no es noche de muchas juergas. Conchita aparece, con Miki, con Rash, con todos los habituales del Búho, pero el cansancio es demasiado (a mitad de concierto me he tenido que salir "a tomar un bocata" aunque en realidad era una especie de necesidad de respirar o algo así para no caerme redondo).

Así que saludo a Patricio, que está en su mundo, al fondo del todo, simpático, sonriente, con su elegancia de siempre, charlamos un rato sobre japonesas y relatistas americanos -a él también le gusta Carver, respiro tranquilo- y camino de vuelta a casa, como siempre, sin chica a la que coger de la mano.

jueves, marzo 12, 2009

Esperanza Aguirre, el PSM y los actos del 11-M


Por supuesto, yo detesto a Esperanza Aguirre. Incluso pertenezco al correspondiente grupo de Facebook y eso, en los tiempos que corren, lo dice todo. Por supuesto, deploro su política y sus formas autoritarias. Su arrogancia. Su "quítense de en medio". Dentro y fuera. Con Gallardón y con los madrileños. La manipulación vergonzosa de Telemadrid, los tejemanejes constantes en todos los ámbitos, como si ella y su camarilla estuvieran más preocupados de tener poder que de ejercerlo.

Por supuesto, estoy convencido de que tiene que haber unos pufos maravillosos debajo de esas alfombras, y, claro, el cierre de la comisión que investigaba el espionaje tiene que ver con el hecho de que ese tema duele. Y mucho. Olvídense de la "operación Gürtel", si todo se reduce a dos trajes y un Jaguar, mal asunto. Aquí puede haber tela. Y para todos.

Eso no quiere decir que me gusten las formas del PSOE madrileño. Lo del 11-M no es de recibo. A mí no me gusta Aguirre y no la voté, pero es la presidenta de la Comunidad de Madrid y los actos oficiales no se los inventa ella sino que los preside porque la han elegido democráticamente. ¿Por qué la eligen? Bueno, es lo que hay. Se vota cada cuatro años y gana ella. Y si no gana, pues empiezan a suceder cosas raras como aquello de Tamayo y Sáez cuya comisión de investigación -oh, caramba- estuvo presidida por el por entonces afable y desconocido Francisco Granados.

A lo que iba: en los actos de conmemoración y homenaje oficial a las víctimas del 11-M no estaba Esperanza Aguirre, estaba la presidenta de la Comunidad de Madrid. Eso es básico entenderlo en política. Y el PSOE tenía que estar ahí. No con Pilar Manjón, o no sólo con Pilar Manjón, sino ahí. Las instituciones son de todos y si alguien se las intenta apropiar, lo suyo no es enfadarse y no respirar sino seguir ahí, dando la cara.

Lo mismo pienso de la protesta de hoy, dejando a la presidenta con la palabra en la boca después de una pregunta del propio PSOE y abandonando en masa la Asamblea. Nunca se abandona una Asamblea o un Parlamento. En ese momento, la Asamblea es la Comunidad. Por supuesto, lo que decía Aguirre podía interpretarse como ofensivo, vejatorio, absurdo... lo que quieran. Pero no te vas cuando te llevan la contraria. Tu trabajo consiste en quedarte, para eso te han votado. Te quedas y discutes y argumentas y luego pierdes la votación porque es así. Pero luchas. No te vas.

Porque entonces la que se queda con todo, al final, siempre es la misma.

miércoles, marzo 11, 2009

Alpha Beta Gaga


Entendí "Talkie walkie" como una novela de amor. O un libro de relatos, como prefieran. Desde el principio con "Venus" al enamoramiento de "Cherry blossom girl" a la manera en la que el chico pedía que se quedara a dormir en "Run" -"I feel strange when you go,go,go,go...". Me parecía una historia preciosa de cómo las cosas son en los sueños y las películas y las canciones.

Podía imaginar la felicidad de "Universal traveller" o "Surfing on a rocket", o incluso el silbido exultante de mañana de domingo abriendo la nevera en busca de un cartón de leche de "Alpha Beta Gaga". Me recuerdo a mí mismo silbando "Alpha Beta Gaga" a la salida del Patatus, muy chulo, delante de una chica preciosa, mientras los macarras me gritaban "Qué suerte tienes, cabrón" y yo sonreía y le escribía mis propias canciones -a la chica preciosa- e incluso fábulas y relatos de conservatorios y ella las cantaba sobre un escenario.

Ya ven, algo nuevo que saben.

En lo que a mí respecta, "Walkie Talkie" era una novela de amor con final feliz o sin final, o con final abierto. Eso lo dejo en sus mentes. "Biological, I don´t know why I feel the way I do". Como para saberlo. Alguien dijo el otro día que cada vez que me veía era como el día después de verme, aunque hubieran pasado diez meses. Biológico, supongo. Siempre quise ser biológico, en ese sentido. "Química", lo llaman a veces. Incluso, "Física o química" para adaptarlo a los nuevos tiempos.

Y tras "Biological", "Alone in Kyoto", que me negaba a ver como lo que el título anunciaba: la historia de un hombre solo, sino como, quizás, un alto en el camino, un momento de reflexión. Como si fuera imposible que todo aquel enamoramiento se acabara. No en la ficción, al menos. Si nos quitan la ficción, ¿qué demonios nos queda?