domingo, febrero 22, 2009

El Barcelona y la ansiedad


Dejemos claras dos cosas: ni el Barça tenía 12 puntos de ventaja por los árbitros ni ayer perdió el partido por esta misma razón. Keita no debió ser expulsado, ¿y qué? El equipo jugó horrorosamente mal y dando unas muestras de ansiedad exageradas. Que la prensa de Madrid presione es razonable. Es casi su trabajo. Pero que tenga tanto éxito resulta descorazonador...

El Barcelona salió a la cancha totalmente desesperado. Intentando buscar el gol con una prisa inaudita, enzarzado en ataques por el centro que dejaban grandes huecos detrás. La pelota la tenía siempre quien no debía: Piqué, un jugador sorprendentemente sobrevalorado, Abidal mientras estuvo en el campo o el espeso Touré Yayá. No hubo pausa suficiente para buscar a Xavi y que este repartiera juego. Henry volvió a borrarse, como el año pasado. Parece que el galo necesita tranquilidad alrededor y efectividad, cuando esta no aparece, directamente con él no cuenten.

Por supuesto, la expulsión de Keita afectó al juego del Barcelona. No en ataque, porque Keita en ataque no existe. Al revés, estorba. Da una idea de la floja profundidad del banquillo blaugrana, algo a remediar el año que viene. Con 10 jugadores el Barça siguió una presión deseseperada e inútil y unos ataques propios del minuto 90 del partido final de la liga. El Madrid ganaba 6-1 al descanso y los de Guardiola tenían unos síntomas de ansiedad escandalosos.

La segunda parte fue un desastre y se manifestó en dos jugadores impropios del llamado "mejor equipo de todos los tiempos": Piqué, que falló estrepitosamente en el primer gol y Valdés, que hizo de las suyas en el segundo. No es de extrañar que el Barcelona haya congelado su renovación. No es fácil construir un campeón de Europa alrededor de ese portero. A los 10 minutos, 0-2 en el marcador y un hombre menos. Pánico. Siete puntos y bajando.

Con todo, el Barcelona lo intentó. "A la épica", comentó Guardiola en la rueda de prensa. Un inmenso error. El Barcelona no debe jugar nunca a la épica sino al fútbol. Que la afición tiemble, que la prensa dude... eso es razonable. Que el entrenador dé estas muestras de descontrol preocupa más. Todas sus decisiones fueron equivocadas: cambió a Puyol por Abidal en vez de meter a Silvinho. Puyol, como lateral izquierdo, no aportó nada. Ni en ataque ni en defensa. El Barcelona necesitaba profundidad por las bandas y desde luego el capitán no iba a dársela.

El cambio de Gudjohnsen por Eto´o justo después del gol de Touré Yayá fue un esperpento. Gudjohnsen es un jugador mediocre en cualquier caso. Cambiarle por el máximo goleador de Europa cuando quedan 25 minutos de partido y colocar ¡a Sergio Busquets! de delantero centro es un delirio. "A la épica", insisto. El Barcelona, a la épica, en casa, ante el colista, con 25 minutos por delante.

Como era de esperar, Gudjohnsen no olió la bola y cuando lo hizo no aportó nada. Busquets de delantero centro fue un desastre: el Barça perdió el medio campo y perdió la amenaza arriba. Todo se cifró en Messi, pero Messi es humano y ayer no tuvo su día. Balones arriba para que Busquets los baje, como si fuera Alexanco. Eso durante 25 minutos. Que los blaugranas no tuvieran ni una sola oportunidad de gol en todo ese tiempo es una consecuencia bastante lógica de su apuesta deportiva.

Xavi y Messi, después del partido, culpaban al árbitro. Pésima señal. Deberían volverse a ver el partido, relajarse, recordar que 7 puntos siguen siendo 3 partidos y que les basta con no mirarse las manos y no hacer cosas raras. La prensa les ha hecho pensar y en cuanto se han puesto a pensar les ha entrado pánico.

Casi seguro ganarán la Liga, pero esto demuestra una cosa: para ser el mejor equipo de la historia hace falta jugar al fútbol bien durante más de cuatro meses. Guardiola lo sabía. Es raro que no haya conseguido hacer nada al respecto.