jueves, julio 31, 2008

El virus opositor

Esta crónica llega un par de días tarde, pero determinados martes tienen una onda expansiva exagerada. Dicen que los opositores son gente rara, obsesiva, solitaria, que sólo tienen un tema de conversación y que su vida es triste, monótona y aburrida. Vamos, eso lo he dicho yo varias veces y eso que soy opositor, o, precisamente, para intentar sentirme lo menos opositor posible.

El caso es que el martes hicimos un esfuerzo por revertir la situación y nos juntamos un grupo de opositores más o menos afortunados para "tomar algo por Malasaña" a eso de las 8. Unas cañas y a casa, debieron de pensar ellos. Un grave error. Como no conocen este blog y en el fondo no me conocen a mí, no saben que ese razonamiento no puede funcionar.

Y no funcionó. Las cañas de las 8 dieron paso a las croquetas y tortilla de patatas de las 11. Éstas, a los margaritas y mojitos de las 12. Camino del Metro nos desviamos hacia el Colonial, a eso de la 1. Cuando mis compañeros acabaron las ¿últimas? copas, a las 2-2,30, cogimos un taxi. Era una trampa del destino. Cambiando por completo el orden lógico, el taxi bajó hasta Sainz de Baranda para luego subir a Manuel Becerra y acabar en Avenida de América. Desde Malasaña, lo normal hubiera sido lo contrario.

Pero el caso es que ese cambio nos permitió a los tres opositores restantes -uno con plaza en Castilla y León, es decir, un funcionario en prácticas, otro (yo) con un puesto en la lista preferente de interinos, es decir, un serio candidato a la docencia pública, y una chica absolutamente entrañable y deliciosa sin cuya ayuda, muy probablemente, yo nunca hubiera aprobado el examen y cuyo sacrificio, como en las películas épicas, la arrastró hasta la inquietante lista complementaria- pararnos en Manuel Becerra, mirarnos a los ojos y seguir un rato más la noche. Bastante rato más, de hecho.

"Eres un virus", me decía la chica épica, con más razón que un santo. Y es que ya saben que los virus son mi especialidad, en todos los aspectos... Hay que aprovechar todas las vacantes, amigos. Absolutamente, todas.

martes, julio 29, 2008

El libro de Rachel


Cómo es posible escribir bien cuando es tan fácil escribir mal. Es una incógnita maravillosa. Uno pasa de las hojas de un periódico, con sus relatos veraniegos llenos de tópicos y frases hechas, los propios relatos sin sustancia ni personajes ni claridad y de repente se encuentra a Martin Amis y le dan ganas de dejarlo todo. Lo que quede.

Amis escribió "El libro de Rachel", a los 24 años, una edad en la que uno suele tirar de entusiasmo y un par de vivencias para construir algo marcadamente autobiográfico y normalmente auto-compasivo. Quizás Charles Highway sea un trasunto de Martin Amis, el propio autor así lo reconoce, pero lo importante es que no lo parece. Siempre hay algo de incomodidad cuando el lector reconoce la vida del escritor en la de los personajes.

Puede que parte de la pedantería de Highway, de su actitud reaccionaria ante las "revoluciones" de los últimos 60 y los primeros 70, tengan algo que ver con la adolescencia intelectualista que se le supone al hijo de Kingsley Amis. En cualquier caso, la distancia entre personaje y autor es prodigiosa. Si hay reflejo, hay reflejo irónico. Como mucho, uno encuentra en Highway una exageración de Amis, o lo que Amis pensaba que podría haberse convertido en algún momento.

"El libro de Rachel" es un libro inclasificable, como todos los buenos libros. Eso sí, es un libro inglés. No se puede dudar. El sarcasmo, el patetismo, la facilidad para encajar a los personajes en estereotipos sociales, una relación amor-odio con las costumbres y la gente... Cierto desasosiego petulante... Todo eso está ya ahí, a los 24 años, puede que mucho antes. En ocasiones, eso sí, el libro incluye escenas algo desagradables e innecesarias. Normalmente, en las primeras obras, no es tanto lo que falta como lo que sobra.

Aunque las abundantes escenas sexuales son de una elegancia que choca con los pormenorizados detalles, las situaciones más -digamos- escabrosas resultan demasiado escabrosas.

Porque el prodigio está precisamente en la distancia, en conseguir meterle a uno en la historia de una manera oblicua, gradual, sin imposiciones. En "El libro de Rachel" está el mejor humor de Ignatius J. Reilly combinado con una tristeza atroz. Mediante situaciones a menudo disparatadas, fructíferas relaciones sexuales, tácticas enmarañadas de seducción adolescente... Amis nos deja entrever un fondo de tristeza brutal: un personaje completamente perdido en su erudición fingida. Un tipo que no es más que las citas que se ha aprendido de memoria y que utiliza para impresionar a las distintas chicas que acaba enamorando.

Eso sí, por ponerle una pega, podríamos decir que los personajes femeninos son más bien planos y absurdos. Highway se empeña en enamorar a idiotas, empezando por la propia Rachel, cuya personalidad se va desinflando poco a poco conforme avanza el libro de manera poco convincente.

Junto a la seducción y sus secretos, la pequeñez de un pavo real sin plumas, Amis nos deja una buena ración de críticas a los nuevos ricos, a los prejuicios sociales, a los hippies, a los progresismos reaccionarios, a los profesores de Oxford -donde Amis estudió-, a los snobs, a los matrimonios rutinarios y aburridos... Pareciera que todo el Londres de los años 70 y todo el mundo occidental de los últimos 50 años estuviera ya ahí, en el cerebro de Amis, apenas cumplida la veintena.

La narración del amor -de ese amor adolescente que consiste en quererse a uno mismo continuamente- y el desamor -ese desamor adolescente que consiste en pensar que jamás uno volverá a amar(se) de nuevo- es prodigiosa. Mediante el humor se llega a la tristeza. Mediante un personaje a menudo altivo y presuntuoso, se llega a entender la fragilidad y la debilidad. A menudo, uno se encuentra pidiéndole a gritos a Charles Highway que se dé cuenta de lo que le pasa. Que se ponga a vivir de verdad. Que deje todos los artificios. Cada fracaso, cada pequeño fracaso, nos duele como si fuera nuestro. Cada éxito nos sirve para decir: "Bueno, al menos ahora la bestia onanista estará tranquila un rato".

Un amigo me dijo una vez que mis libros le recordaban a Martin Amis. Era demasiado buen amigo o muy mal lector. Si alguna vez me parecí a Martin Amis era cuando no había leído nada suyo. Ahora, sería imposible. A mi edad, él ya llevaba al menos siete años siendo un genio.

Jiménez Losantos y Mr. T


Hay que seguir de cerca la evolución de los distintos casos Losantos. Después de ser condenado por injurias contra Gallardón, ahora un juez le obliga a pagar 100.000 euros al ex director de ABC, José Antonio Zarzalejos, por burlarse de él de manera cruel e insultante durante su programa en la COPE y en sus columnas de El Mundo.

Hay que seguirlos de cerca porque en estos juicios se está jugando no sólo el futuro del periodismo sino algo más importante: ¿qué hacemos con la gente que nos cae mal, con la gente cuyos métodos no nos gustan?

Por supuesto, el estilo de Jiménez Losantos es deleznable. Yo no haría periodismo así, no contrataría a nadie que hiciera periodismo así y no leería ni escucharía a nadie que hiciera periodismo así. Lo que no sé es si hay que condenar judicialmente a quien hace un periodismo así. Me crea dudas. ¿Dónde vamos a poner el límite? ¿Los jueces están para eso? ¿Llamarle a alguien "Carcalejos" merece 100.000 euros de multa? ¿Entonces cuánto se va a llevar Losantos si empezara a demandar a todos los que nos hemos metido con él, algunos de manera igual de cruel, insultante y burlona?

Algo en mí se alegra cuando Losantos es condenado por injurias. Me obliga a pensar: "Se lo merece". Pero algo en mí se preocupa, también, porque me parece que eso deberían decidirlo los propios lectores, oyentes, empresarios... Judicializar el periodismo es realmente un asunto peliagudo. Los columnistas, los informadores, los tertulianos... dicen tales barbaridades sobre casi todo el mundo, dependiendo de la cadena o el periódico, que a este paso acabarán todos en la cárcel.

¿Qué sería más deseable: ese escenario o uno en el que directamente ese estilo no funcionara porque no tuviera seguidores ni anunciantes?

Por otro lado, leo con estupor esta noticia con titular tendencioso incluído: "Mr. T ofende a la comunidad gay". Primero, las abstracciones, siempre molestas, ¿qué es la comunidad gay? Yo, como todo el mundo, conozco a muchos homosexuales. Para mí, no son un grupo aparte ni una comunidad aparte, sino personas individuales con un montón de características positivas y negativas, como todo el mundo, a las que les gusta acostarse con gente de su mismo sexo. A veces. Otras no. Como todo el mundo.

Por supuesto, las comunidades, los pueblos, las abstracciones tienen una susceptibilidad infinitamente mayor que las personas concretas. No creo que ningún homosexual tenga que sentirse ofendido por ese anuncio. Le hará más o menos gracia, pero ¿ofendido? El lema de la campaña es "Get some nuts", que en inglés significa a la vez "Toma nueces" -uno de los elementos del producto que se anuncia- y "Vuélvete loco". Y para ilustrar ponen a un loco, al loco más loco: M.A. subido a un tanque y tomándose la justicia por su cuenta, como hacía en "El Equipo A".

Es un loco, señores. Confunde a un marchador con un mariquita y le dispara porque está loco. Es una exageración, no un insulto. No pretende decir: todos los marchadores son mariquitas y merecen ser bombardeados. Todo lo contrario. Pretende decir: este tío está tan pirado, tan fuera de onda, viene de un tiempo tan retrógrado que no soporta ver a un hombre contonearse en la calle. Bueno, el personaje de la serie era así, ¿no? ¿Dónde está el escándalo?

¿Qué opina "la comunidad gay" de "La chaqueta metálica" y los valores que ahí se defienden? ¿Deberían retirar la película de cualquier cine, cualquier video-club, cualquier cadena de televisión? ¿Era un peligroso homófobo Stanley Kubrick? Uno piensa que vamos hacia delante en determinadas cosas y en realidad no hacemos más que ir hacia atrás, como los cangrejos. Con total determinación.

lunes, julio 28, 2008

Suzanne Vega- Solitude Standing


Denle al play, ahora. Obvien al guitarrista espídico sacado de "Cazafantasmas", obvien al bajista con pose ochentera, obvien el teclado y la batería. Fíjense en el ritmo, poco a poco, déjense llevar. Ahora entra la chica, en primer plano. No se dejen despistar por que la cámara se aleje. No debería haber ni un plano medio en este vídeo y sin embargo... La chica es demasiado alta para parecer frágil pero aun así parece frágil. Mírenla a los ojos. Incluso cuando cambia de plano, mírenla a los ojos. Hablen con ella, reciten la canción como si estuviera en su cama, justo delante de ustedes, desnuda, ojos en ojos. No hagan el cíclope ni horteradas al uso, limítense a mirarla fijamente desde una distancia intermedia y a hablarle, a cantar con ella.

¿No se saben la letra? Búsquenla en Google, apréndansela. Luego pongan otra vez el vídeo. Es lo bueno que tienen las imágenes, que son imperecederas, que uno se puede enamorar mil veces de la misma chica, echar la cabeza hacia delante, colocarse justo frente a la pantalla, susurrarle -sí, susurrarle, nada de alaridos, ni gritos, ni exhibiciones- "and I´ve come to set a twisted thing straight, and I´ve come to lighten this dark heart" y no pierdan los ojos ni un momento. Los ojos azules que le están mirando a usted, a nadie más. Que, a veces, como todos los ojos, se despistan, por esa costumbre molesta que tienen los ojos que nos hipnotizan, pero que, en el fondo, y usted lo sabe, le están buscando.

Déjese encontrar. Enamórese. La chica es alta y frágil y esquiva. Búsquela en el mundo real y métala en su cama.

domingo, julio 27, 2008

R.E.M.


Reduzco la carrera musical de R.E.M. a dos discos, una chica y una canción suelta.

El primer disco, como nos pasó a todos, fue "Out of time", regalado en cinta por mis compañeros de clase de 8ºEGB el día que celebré mis 14 años en la bolera de La Vaguada. Un disco escuchado mil veces en el destartalado radiocassette de la cocina de mi abuela y en un walkman con la habilidad de borrar -en ocasiones- las cintas que leía. Era "Losing my religion" pero también era sobre todo, "Near Wild Heaven", canción de recopilatorio de verano, aquellos recopilatorios que hacía sin medios, grabando directamente del walkman a un micrófono, canciones envueltas en un silencio ruidoso.

El segundo disco fue "Automatic for the people". Fue Michael Stipe pasando por encima de su público, dejándose llevar por la marea de manos en el vídeo de "Drive". Fue Andy Kaufman y "Everybody hurts", una magnífica canción para adolescentes y lectores de Carver. Lo que era yo y lo que sería en breve. Es complicado ser objetivo en estas cosas, pero si uno piensa en la cantidad de buenos discos que salieron entre 1991 -"Nevermind"- y, pongamos, 1995 -"The bends"- es para llevarse las manos a la cabeza. Algo muy malo o muy bueno tuvieron que hacer los 80 para provocar esa explosión inmensa de talento que, lo siento, amigos, no ha vuelto a repetirse con tanta intensidad: en cuatro años, desde 1ºBUP a COU, nacieron o llegaron a su esplendor Nirvana, Sonic Youth, Pearl Jam, The Pixies, Stone Temple Pilots, Soundgarden, Foo Fighters, Garbage, Hole, Radiohead, Oasis, Blur, Elastica, Veruca Salt, The Breeders...

Podría ser el caso de REM, pero antes de "Out of time" había otros seis discos. ¿Alguien los había escuchado? No en España, desde luego. En algún sitio he leído que REM jugueteaba con el grunge. Nosotros jugueteábamos con el grunge y de repente apareció REM y empezó a juguetear con nosotros.

La chica apareció en un bar que ya no existe de la calle Velarde, bajando hacia la Plaza del Dos de Mayo a la izquierda. Probablemente, ahora se llame de otra manera, antes se llamaba Baroja. La chica estaba en un corro en medio de la calle pasando minis de calimocho y whisky mientras yo me hacía el interesante y le robaba el carnet de la Autónoma. La chica sonreía como si no se lo pudiera creer, una cosa muy habitual. La chica y yo jugábamos al billar contra un jugador de Leganés y otro amigo. Nunca terminamos la partida. Mientras nos besábamos sonaba "Disco 2000", ya en el Mission Claimd. Su número de teléfono incluía dos docenas y tres docenas. La llamé un día, sólo. Quedamos una vez, en un césped de Cantoblanco, a la salida de un examen. Le llevé un disco. No recuerdo que fuera "Monster", así que debió de ser "New adventures in Hi-Fi".

Sí, tiene sentido.

Y la canción suelta, para acabar. No es una gran canción. Es agradable y sonriente como casi todo lo último de REM. La cantaba cada vez que me bajaba del autobús e iba camino de la central de reservas de Sol Meliá. El estribillo decía "You know what you are, you´re gonna be a star", y yo hacía verdaderos esfuerzos por creerlo como si esa fuera la única escapatoria posible.

jueves, julio 24, 2008

El rey ha muerto, viva el rey


Un poco de actualidad deportiva:

- Federer vuelve a perder en primera ronda.- Creo que para el suizo va a ser un gran alivio perder el número uno, hasta el punto de que parece estar haciendo lo posible para perderlo cuanto antes y quitarse esa presión de encima. Son cuatro años y medio dominando el circuito, un récord histórico, y parece que el cambio de guardia es inminente. Concretamente, el 15 de agosto, cuando descuenten los puntos de Toronto y Cincinnati, si no antes.

El problema con Federer este año, aparte de su bajón de juego, es la resistencia a reconocer que las cosas no van bien. En toda la temporada ha ganado solo dos torneos menores y ha perdido las cuatro finales "serias" que ha jugado. De hecho, excepto una victoria contra Djokovic en Montecarlo y porque el serbio se retiró, no recuerdo ni una victoria realmente relevante de Federer en todo el año. Sin embargo, su discurso sigue siendo el mismo: "No es el fin del mundo, estoy preparado para los Juegos Olímpicos y el US Open". No es el fin del mundo, pero sí es el fin de un reinado.

La noticia buena para él es que, si en su año malo, ha sido capaz de jugar la final de Roland Garros y la de Wimbledon, como vuelva a tener años buenos vamos listos... La mala es que cumple 27 años, una edad peligrosa en un tenista.

- Valverde no es un fracasado.- El Tour de Alejandro Valverde está siendo excelente. Que él y su entorno no conozcan sus límites y anunciaran que iba a luchar por la victoria final es un error de lengua y no de piernas. Ganó una etapa, puede que dos si descalifican a Riccó de la que quedó segundo, está el séptimo en la general y se ha defendido muy bien en todas las etapas de montaña excepto una. Sin esa etapa, estaría en el podio ahora mismo.

Es una tontería decir que Valverde nunca ganará el Tour porque siempre falla alguna vez. Evans también fallaba alguna vez, y va a ganar el de este año, salvo que dé positivo en un control o que Cancellara le tire de la bici de un puñetazo. El asunto es ir fallando lo menos posible y el murciano cada vez parece más sólido. Eso sí, con Contador y Andy Schleck en el horizonte, sus 28 años no parecen tan pocos.

- El Barcelona no va a encontrar un delantero mejor que Eto´o.- Realmente sorprendente lo del Barça y su obsesión por vender a Eto´o. De hecho, el valor que le da en mercado -unos 50 millones de euros- dan fe de que es un delantero con unas condiciones inmejorables. Vale que quieran hacer limpia en el vestuario, vale que echen a Ronaldinho y Deco, los dos claramente lejos de su mejor momento... pero ¿Eto´o? ¿Por qué? El tipo fue el mejor delantero de la liga con diferencia durante dos años y ha sido de los máximos goleadores los dos últimos, a pesar de gravísimas lesiones de rodillas.

El Barça haría bien en asegurarse de que el camerunés se recupera bien, afronta la temporada con ganas y darle la confianza suficiente para volver a ser el mejor. Compararle con Drogba, por ejemplo, cuatro años mayor, es absurdo.

- Esta tarde se juega el "partido del siglo".- Así ha sido llamado el encuentro entre los hermanos Simón Rubio y Fer Cabezas y Guille Ortiz. Un clásico. Un enfrentamiento de estilos y generaciones que han marcado época. El presente del tenis contra el futuro. En el torneo de La Elipa, bajo un sol de justicia y con abundantes dosis de EPO de tercera generación y hormona de crecimiento habrá en juego dinero, honor y algo mucho más importante: la posibilidad de convertirse en hermanos Simón Rubio durante el año que viene.

miércoles, julio 23, 2008

Yo sobreviví al 22 de julio


Supermartísimo en Madrid. El otro día, Arantxa y yo estábamos parados en un atasco en plena calle San Bernardo y yo no podía salir de un asombro improbable: "Son las doce y pico de la noche, en pleno mes de julio, y la calle está atascada...". "Claro, esto es Madrid", dijo ella, con esa asombrosa seguridad que sólo pueden dar los 22 años.

Esto es Madrid. Claro que sí. La echaba de menos. En Madrid pueden pasar tantas cosas que asustan, que uno tiene que pasarse muchos años -más de 31, seguro- preparándose. Empecemos por el principio: terraza en la calle Cea Bermúdez con Lury y un camarero argentino que -para variar- intenta ligar con ella. Pequeña carrera hasta Galileo para ver el concierto de Pablo Ager. Entramos a mitad de "Desmejorado", la primera canción, y no tenemos problemas en encontrar mesa. No hay mucha gente: la ciudad se mueve en un desorden lleno de referencias y una de esas referencias es que los conciertos que se programan a las 21,30 empiezan a las 22,00 y no a las 21,45.

El concierto es soberbio. Así me lo parece. Toca "Cosas que no se me dan bien", "El vuelo de tu falda", "Si te veo caer", "Orgasmo universal"... y cierra con "Miss Utopía". La banda suena muy bien de nuevo, el concierto tiene ritmo, las canciones son buenas... pero Pablo no disfruta. Ni disfruta sobre el escenario -prisas, muchas prisas, aunque menos de las que él cree- ni fuera del escenario, completamente desolado por lo que él cree ha sido un desastre y yo no acabo de entender de dónde saca esa conclusión.

Cuando él baja, suben la Chica Portada y Eyescross. Obviamente, por efecto arrastre, el local está más lleno. Un poquito menos que el pasado sábado en el concierto de Pancho, pero bien. Si a Pablo le sienta bien Galileo para subir su punto cantautor y convertirse en rockero, a Eyescross parece que el sitio le echa un poco hacia abajo, como si perdiera la intensidad de los pequeños pubs y los festivales, con todo el mundo de pie y botando.

Con todo, apenas se nota la diferencia entre dos estilos de música que, en rigor, son muy diferentes, y la gente está contenta y con ganas de fiesta y es el cumpleaños de Kika, y sin saber muy bien cómo, acabamos Lury, Fer y yo, con tres copazos en la barra y al menos dos bolsas llenas de chucherías, que acabaríamos perdiendo a lo largo de la noche.

Primera parada: El Colonial. Por supuesto, está lleno. Sí, es martes, son las doce y pico, pero está lleno, abarrotado. Tanto, que tenemos que bajar a la planta de abajo para celebrar que con el cambio de día, se cambia de cumpleaños: ahora es el de Irene, la entrañable Chica Inclasificable. Estamos ahí un rato, hasta que la Chica Portada decide irse a casa y Pablo nos llama para insistirnos en que hay otro cumpleaños en Libertad, 8 y tenemos que ir.

Es la una y media y Fer no ha cenado. Buscamos algo de comida, pero eso ya es mucho. Cogemos un taxi que no se atasca sino que incluso derrapa en las curvas y entramos en Libertad, para encontrarnos de entrada con Luis Ramiro, que acaba de tocar y Miki Ramírez, amagado en una mesa que hace esquina. La gran fiesta de cumpleaños se ha quedado en Kika, Pablo, Blanca, María, Javi, Lury, Fer y yo. Vaya grupo humano. Seguimos bebiendo y a Fer le dan al menos un pincho de tortilla.

Hablamos, nos reímos, Luis, David y Álex se van. Bebemos algo más de la cuenta. Celebramos, sin saber muy bien el qué, cruzamos miradas y conversaciones. A las dos y media-tres nos echan sutilmente, poco a poco, como en los buenos bares. Avisos tranquilos que acaban con un "hasta mañana, chicos" y los chicos salimos -martes, julio, insisto- en medio del barrio de Chueca al sitio más improbable del mundo, retratado por Alejandro Martínez en una de sus canciones, pero en rigor inretratable, inexplicable, atemporal: el Toni 2.

De repente, entramos en una película de López Vázquez de los 60-70: un bar con decoración rancia, como si en el pasado hubiera sido una discoteca de las de bailes de salón y luces encendidas. La edad media es de 50 años y el estado etílico general es impresionante. Todo, absolutamente todo, es decadencia, y los jovencitos estamos ahí, morbosos, observadores, regodeándonos del hecho de que nosotros no somos como ellos, que aún no somos como ellos, e incluso podemos entrar en su recinto sagrado sin miedo a que ellos se cuelen en los nuestros.

Un camarero nos persigue -literalmente- para que bebamos: 7 euros la Coca-cola y la cerveza, 10 euros la copa. Hay un pianista. Hay varios pianistas. Se van turnando y la gente, alrededor de la mesa-piano va pidiendo canciones y cantándolas. Lo más moderno: Los Secretos. El resto, boleros, rancheras -llorar y llorar-, pasodobles, coplas... La tristeza nos pone eufóricos. Un tipo lucha por que su cabeza no caiga sobre su copa a medio terminar. Dos sesentonas enseñan muslo mientras bailan con los pies, sentadas en sofás de otra época.

Esto es Madrid, claro que sí. El Toni 2, arrinconado, con su fauna imposible. Llega Patricio, María está empeñada en que cantemos pero nadie quiere cantar. Parece decepcionada. Blanca está entusiasmada y canta y baila. Fer se va, Lury se va, Kika se va, después de recibir un "Cumpleaños Feliz" que culminó en un "Feliz en tu día". Llegan los camareros de Libertad. Eli habla conmigo, aunque no me conozca. Los camareros están muy acostumbrados a hablar con gente a la que no conocen. En parte, es su trabajo.

Sabe cosas de mí que no me extrañan. Da consejos. Algunos son buenos, otros no. Nos pasa a todos. El cansancio se hace insoportable a las cinco menos cuarto de la mañana. El pianista del pelo blanco sigue tocando entusiasmado, a su alrededor sigue el derroche de risas tristes. "Sing us a song, you´re the piano man". Entramos en una película de López-Vázquez y salimos de una canción de Billy Joel.

Un coche me deja en casa. En el camino, Suzanne Vega llega hacia mí con su mano extendida, la palma dividida por una flor en llamas.

(Foto: www.javiervallas.es)

martes, julio 22, 2008

Los posos del café


Me entusiasman las creaciones "alternativas" o "independientes" o como las quieran llamar. La gente que es capaz de dedicar horas y días y meses a proyectos que sabe que no le van a procurar ningún beneficio económico, apenas profesional. Sólo por el placer de hacerlo. Por contar algo.

Por eso, salí del pase de ayer de "Los posos del café" en la excelente sala "La Grada" con un cierto sabor agridulce. Me explico: creo que todos los actores están muy bien. Por supuesto, María José Moreno está muy bien, en sus tres personajes, tremendamente adorable y frágil y vulnerable, como cuando te tomas un café con ella. El resto supera con solvencia todas las dificultades que el texto y la puesta en escena les presentan. La obra no es aburrida. No es demasiado original -un bar hace de punto de reunión redentora para un grupo de distintas personas en apuros, eso ya lo habíamos visto antes- pero funciona bien. La estructura es buena y atractiva. La historia es interesante. Las historias, quiero decir.

El problema son los problemas. Los problemas que citaba antes: la puesta en escena y el texto. Y es una lástima porque creo que lo realmente complicado es conseguir una buena idea o al menos una idea aceptable, trabajar para desarrollarla y conseguir un buen elenco de actores que den vida al proyecto. Eso es muy difícil. Una vez conseguido eso, sólo hay que cuidar un par de cosas: que la música, por ejemplo, no despiste. El teatro no es cine y desde luego no es cine malo, ese cine en el que cada frase importante va acompañada de una nota grave de piano.

Otra época, lo siento.

Y los adjetivos, de nuevo. La gente tiene graves problemas con los adjetivos, cuando son lo más fácil de obviar del mundo. En "Los posos del café" es milagroso que los actores sean capaces de aportar normalidad a un texto exagerado, inútilmente rebuscado, lleno de palabras increíbles y con dos adjetivos por sustantivo. Con lo difícil que es crear y lo fácil que es borrar.

Comoquiera que la obra se va a representar sólo dos veces más, de momento (28 y 29 de julio, misma sala, 21.00 horas), sugiero una pausa para darle una vuelta al texto, boli en mano para tachar todos los excesos. Los excesos distraen. Cuando un montón de adultos jóvenes se reúnen en un bar para hablar de sus problemas no pueden utilizar la palabra "lacerante" siete veces. Vamos, por poder, pueden, pero afecta la credibilidad de la actuación y del personaje y de la obra.

Lo sugiero porque merece la pena. Porque el resto está perfecto. En el terreno personal, me parece que Ajito ha pegado un salto adelante tremendo desde "Caballito del diablo" y desde luego la calidad del montaje no tiene nada que ver. Este es un montaje serio, trabajado, de calidad, con un reparto eficaz y un par de intuiciones prodigiosas.

Quítenle unos cincuenta adjetivos y pongan una música menos obvia y tendrán más motivos para sentirse orgullosos.

Eyescross y Pablo Ager en Galileo

Yo soy un mal amigo y debería haber publicado esto antes. Ahora, no tiene mucho sentido. (Tampoco se crean que antes...) Pero bueno, aquí está. Hoy, a las 21,45, en Galileo...

lunes, julio 21, 2008

Regreso al futuro con Santiago de Lucas

Cuando vuelvo a casa el domingo por la noche están echando "Regreso a Futuro", la primera parte. Me hace gracia porque, por lo que recuerdo, Santiago es un gran fan de la saga, especialmente de la tercera parte, que es la que a mí menos me gusta. La peli es un prodigio, la verdad. Un prodigio palomitero, dirán muchos, pero un prodigio.

Hemos pasado la tarde diseccionando nuestro talento y nos ha gustado lo que hemos encontrado. Tanto, que incluso hemos fantaseado con compartirlo.

Santiago y yo nos venimos bien. Me pregunto cómo es posible que hayamos tardado tanto en conocernos.

Me pregunto dónde demonios me he metido yo todos estos años...

Carabina 30-30 merece otro final


Sábado de regreso a las pistas en la Sala Galileo. Primera actividad social en una semana para ver el concierto de despedida de Carabina 30-30 en Madrid. Para quien no lo sepa, Carabina 30-30 es un proyecto de cuatro músicos y compositores -Pancho Varona, Antonio García de Diego, Jaime Asúa y Jose Romero- que ha estado de gira en los últimos meses. Hacen versiones de sus propias canciones -la mayoría cantadas por Joaquín Sabina- y se atreven con éxitos de los Beatles, Bob Dylan, Nirvana...

Galileo estaba a medio llenar. Caras conocidas, como la del entrañabilísimo Víctor Alfaro, o Marian, o Bea... Ambiente familiar y agradable, visto desde la misma mesa en un rincón que ocupé hace menos de un mes, acompañado de mi hermano y de Julia Emite Poqito.

El primero en salir es Miguel Ángel Bueno. Conocí a Miguel Ángel en Zaragoza, justo cuando empezaba la gira de los carabineros y me pareció un chaval muy majo. Ahora, además, me parece un muy buen músico. Tenía excelentes referencias, pero lo mejor es verlo todo de primera mano. Se plantó en el escenario de Galileo -no sé si era su debut en Madrid, pero si lo era, vaya debut- y tocó dos canciones más que interesantes. Les diría que fueran el martes a verle tocar en el Búho Real, pero ese día tocan Pablo Ager y la Chica Portada, así que mi corazón no puede estar dividido...

Después de Miguel Ángel salieron los cuatro tenores. El concierto fue excelente, de una calidad brutal. El mejor de los tres que les he visto: sueltos, divertidos, con ritmo, una elección soberbia de las canciones... Parece que ahora van a volver al Karaoke y me parece bien, porque el Karaoke es divertido y Galileo se llena, pero por otro lado me jode. Me jode porque sé la ilusión que les hacía este proyecto, sé lo mucho que disfrutan tocando estas canciones, en un rollo acústico, tranquilo, de músicos pura cepa, y es una pena que la cosa se acabe aquí.

Es más, creo necesario que no se acabe aquí. Es probable que no llenen teatros ni salas de conciertos, pero merecerá la pena. Para ellos y para los que vayamos a escucharles. No puede ser que haya tanta mierda suelta yendo de ciudad en ciudad y ellos se tengan que conformar con acompañar a la guitarra o al teclado a diez desgraciados que salimos a berrear canciones de Sabina.

Tiene que haber un espacio para algo así. Es, casi, una obligación moral.

sábado, julio 19, 2008

Conjuntivitis vírica


Empecemos por el lunes, que fue el primero de los seis días sin escribir aquí: me levanto por la madrugada con un intenso picor en el ojo derecho. Serían eso de las seis de la mañana o por ahí. Después del picor, noto un dolor, como una rozadura dentro del párpado. Un cuerpo extraño, que dice la jerga.

Duermo un rato más y me levanto con más dolor y una leve irritación. Orzuelo, pienso, y voy a Urgencias de Nuestra Señora de América. Espero un rato y una doctora terriblemente borde me dice que no es un orzuelo sino una irritación y me manda un colirio: Maxitrol. Yo tengo un problema con los colirios, ya saben, y es que a veces me dan alergia. Bueno, una vez me dio alergia y no recuerdo cuál era, si llevaba corticoides o antiinflamatorios o antibióticos o qué...

Así que empieza el pánico: me echo el colirio pero sin confianza. La conjuntivitis avanza, el ojo enrojece. Pese a todo, me veo una etapa del Tour, voy a la Escuela Oficial de Idiomas para comprobar que -sí, señores- he aprobado las Oposiciones -el examen, me refiero, la plaza es otra cosa-, voy al concierto de Emite Poqito, me tomo un bocata de lomo... y cuando ya no puedo más, vuelvo a Urgencias del mismo sitio, donde una señora, algo más amable, me dice que tengo una conjuntivitis vírica, que da igual el colirio que tome porque no me va a hacer nada, sólo aliviarme, y que me quedan 10-15 días de infinita paciencia.

Me riega el ojo con un líquido para refrescarlo y me lo acaba dejando aún más rojo e hinchado.

El martes es un día doloroso. Ojo completamente rojo y párpados hinchados. Cuando cae la noche, observo que me están empezando a salir unos bultitos en la parte baja del párpado. Como burda excusa, me paso por Urgencias por tercera vez. La oftalmóloga -la misma del primer día- me insiste en que tengo una conjuntivitis vírica, que no hay herpes ni nada semejante y que, por favor, deje de ir a Urgencias o por lo menos cambie de clínica.

Sin embargo, el miércoles tengo el ojo más hinchado y me llora todo el rato. Voy a los sitios con gafas de sol. Bajo una horita a tomar algo con Pablo Ager y Dani Flaco al VIPS que está al lado de mi casa pero las paso putas para enfocar y estar centrado. Compro Zovirax, pero cada vez que me lo echo, agravo la conjuntivitis, así que decido pedir hora en el médico de cabecera, que, sorprendentemente, me dan para el día siguiente.

Me levanto a las 6,30 de la mañana con los párpados pegados. Es el día 4 de la conjuntivitis. Las previsiones más optimistas hablaban de una semana, es decir, quedan tres días. Mi médico de cabecera no las tiene todas consigo: no le gusta ese herpes ni su relación con la conjuntiva. Me mira bien y me da un volante para que vaya... a Urgencias. Cuatro veces en tres días, récord absoluto. En Urgencias de La Princesa -entrañable lugar- me atienden más lento pero mejor. El tipo se ve que sabe lo que hace: conjuntivitis vírica, sí, sin daño en el ojo. Nada de meterse mierda de colirios -textual- y el herpes lo cuido con Aciclovir y sulfato de zinc.

Me echa otro liquidito, amarillo, que esta vez me alivia de todos los dolores. Estoy eufórico. Con mis gafas de sol -bueno, las de mi hermana- paseo por el bello barrio de Diego de León y pienso en comerme un pollo asado, pero son sólo las 11 de la mañana.

Hago planes y contesto emails, por primera vez en tres días. Pienso en lo que me he perdido: la obra de Ajito del martes, el concierto de Rafa Pons del mismo martes, el concierto de Lichis en Galileo del miércoles... pero confío en poder, de alguna manera, estar en el resto de compromisos: Georgina, en el Búho Real el jueves o MensO en Costello y sobre todo el Summercase, el gran evento del año para el que tengo comprado el abono desde hace cuatro meses, con un listado completo de los grupos que quiero ver, hora por hora...

... A las dos de la tarde, con el efecto anestésico fuera, me doy cuenta de que va a ser imposible. Le pido a mi hermano que coloque la entrada, vuelvo a mi sofá a llorar -literalmente, no puedo hacer otra cosa, una cuestión orgánica- legañas y dormir mini-siestas, veo algo de golf, intento seguir alguna peli... El ojo mejora con el Zovirax y según baja la hinchazón del herpes, baja el enrojecimiento y el párpado tiene un aspecto normal.

El viernes despierto mejor. No me escuece cuando me ducho. Me limpio con suero, me tomo mis pastillas y voy sumando gasas y gasas llenas de todo tipo de líquidos. Si la policía francesa entrara en mi cuarto de baño me llevarían de cabeza con Riccardo Riccò. Salgo a dar una vuelta y tomar un pincho de tortilla en una terraza de Príncipe de Vergara. Estoy de mejor humor. Estos días, además, he aprovechado para hacer mucha bicicleta y me siento cansado pero en forma, ya saben lo que les digo. Algo tirado por los medicamentos y el agobio, pero con adrenalina para tirar hacia adelante.

Pienso en que ir al Summercase es una locura, con el polvo y la arena y la aglomeración y las diez horas de conciertos diarios, pero que sí puedo ir al Honky a ver al padre de la Chica Portada.

Nuevo error: no puedo. De repente, no puedo moverme. Me muero de sueño y de agotamiento, un bajón físico y mental que coincide con la recuperación de la vista. Intento escribir este mismo post, pero no lo consigo. Lo dejo para hoy. Hoy me levanto con el ojo un poquito hinchado pero no mucho, el herpes convertido en pequeñas vesículas resistentes al sulfato de zinc, el blanco del ojo derecho se adivina detrás de las venas... hablo con mi tío Pancho y decido ir a verle a Galileo. Es a las 10 y en un sitio cerrado. Mal se tiene que dar.

Estoy sorprendentemente cansado y con dolor de piernas y entrepierna por la bici. Me arrastro por mi casa, sin querer hacer nada, sin sentirme capaz de hacer nada, como si el virus hubiera acabado con mis últimas resistencias después del palizón Oposiciones-WWE Magazine. Me decido explicar esto. Un poco a ustedes, un poco a mí. Re-estructuro la agenda para el resto de los días. Vacaciones de verdad, espero.

¿Saben una cosa que sí he aprendido de esto? Que tres días sin poder mirar Internet son una bendición. No se hacen a la idea. ¡Qué ausencia total de responsabilidades! En cualquier caso, parece que he vuelto. O eso espero.

domingo, julio 13, 2008

Venga, Ramiro, sal a bailar... suave, suave, su su suave

Momento surrealista al final del concierto de Luis Ramiro en la sala Caravan -gran concierto, además-. Luis canta el "Tiovivo", sólo sube una tal Carmen, luego inventa una conga llena de mujeres y al final la gente aplaude y cuando todo acaba, Álex, David y compañía empiezan con aquello de "Vamos, Ramiro, sal a bailar, que tú lo haces fenomenal... Tu cuerpo se mueve como una palmera, suave, suave, su su suave...".

Lo que, sin duda, y aunque se trate de una coplilla de hace años y años en varios pueblos, está sacado de "Muchachada Nui" y en concreto de esta joya de minuto y medio que les enseño a continuación:



Yo creo que un programa ha triunfado cuando es capaz no ya de crear tendencias sino de reinventarlas. Es decir, retomar algo pasado y convertirlo en nuevo. Si uno se fija en la cantidad de vídeos de Youtube de chavales haciendo el "suave, suave, su su suave" en los últimos dos meses -es decir, desde que salió el episodio de Muchachada-, se puede ver hasta qué punto estos tíos tienen facilidad para sintonizar con una generación.

Aunque, está claro, esta versión en euskera -creo- es anterior y gloriosa:

sábado, julio 12, 2008

Regreso al Futuro IV

Yo creo que, si por fin inventaran máquinas del tiempo, salvando las distintas dificultades que presentaría el hecho de ser personaje y observador a la vez, a lo Marty McFly en "Regreso al Futuro II", la humanidad se podría dividir en dos clases: los que viajarían al futuro, a ver qué pasa y los que viajaríamos al pasado, para ver, otra vez, qué ha pasado e intentar entender por qué. Yo creo que los segundos somos más aburridos, pero, probablemente, tengamos otras cosas buenas...

viernes, julio 11, 2008

María Blanco y la generación que viene


Hasta cierto punto, la música es un rito de apareamiento. Hasta cierto punto, insisto. Uno ve roles reflejados sobre el escenario: los chicos divertidos que intentan hacer reír a las chicas, los profundos que complican las letras con imágenes imposibles y a menudo repetitivas -son la mayoría- y las chicas, que generalmente optan por un coqueteo simple, divertido, sonriente...

De ahí que en los últimos años la canción femenina haya triunfado de esa manera: a la gente, la simplicidad le gusta.

Decía un músico anónimo -anónimo para ustedes, que él bien sabe quién es- que el objetivo de todo concierto es "que, cuando acabe, todos los tíos quieran ser tus amigos y todas las tías se quieran acostar contigo". Hablamos de objetivos, no de realidades. Hay en los conciertos de María Blanco una mezcla de todo esto: hay simplicidad, mucha simplicidad. Hay coqueteo y sonrisas, y mucha juventud y entusiasmo. Hay esa sensación cómplice que hace que todas las chicas acaben enternecidas, abrazándola como una amiga más y todos los chicos... pues ya saben.

Eso, por supuesto, es una bendición. Miren, hay cosas que se tienen y cosas que se pueden aprender. María tiene muchas cosas: de entrada, una voz impresionante, después, unas composiciones sencillas, que no abruman. También tiene una sonrisa y un desparpajo que conectan con todo el mundo: eso tapa algunos posibles defectos y ayuda a cautivar al espectador. Todas estas cosas son muy difíciles de aprender. O se tienen o no. María no da la sensación de querer abrumarte cuando se sube al escenario, pero lo consigue. Es un primer paso.

Luego, están las cosas que hay que aprender. Las cosas que a uno le dan cierto miedo, aunque, viniendo de familia de músicos, seguro que las acaba aprendiendo: la simpatía, la juventud, la belleza, la sencillez, el coqueteo... tienen que ser el envoltorio de un gran producto. María, por razones lógicas -tiene 20 años, no lo olvidemos- aún no tiene ese gran producto detrás. Grandes canciones. Tiene intuiciones fantásticas y uno se puede pasar el día siguiente a su concierto tarareando "Quiéreme, quiéreme" sin parar, pero es obvio que le falta habilidad con la guitarra, variedad en las melodías y un poco más de ingenio en las letras.

Eso no es un problema, ya digo. Sería un problema si toda esta avalancha de críticas "qué buena es María Blanco" la cegaran y no la dejaran ver lo que sí se puede aprender con tiempo, dedicación y oficio, de manera que al final María sea absolutamente maravillosa y no sólo encantadora.

¿Lo conseguirá? Todo apunta a que sí. Ya lo he dicho: la chica es un diamante en bruto. Hace falta mucho trabajo todavía, pero no hay más que verla para darse cuenta de que está entusiasmada. Como se puede deducir del nombre de este blog, a mí lo sencillo, lo simple, lo pequeño siempre me va a gustar más que lo aparatoso, lo rimbombante, lo ambicioso... Me parece que va por buen camino. Me lo pasé muy bien en su concierto, con la actuación de Alfon, Alberto de Paz, Muñeco Martín, Juanan Herrera...

Hay una generación ahí, sin un líder aún definido. Tienen que tener claras dos cosas: 1) tienen que divertirse. Si no se divierten con 20 años no se van a divertir nunca y 2) con divertirse sólo, si realmente les gusta la música, no vale. Tienen que trabajar mucho. Componer mucho. Escuchar mucha música. Escucharse a sí mismos. No sólo tocar por tocar sino tocar porque tienes algo que contar. No perderse en el mundillo o el circuito o como se le quiera llamar. Sólo aprovechar las cosas divertidas, ya digo.

En ese sentido, Luis Ramiro y Marwan, por poner dos ejemplos que conozco, tienen que ser sus referencias: llenan salas, tienen amigos, conocen más o menos chicas pero sobre todo, cada día, se sientan a componer y a mejorar. Eso es lo que cuenta.

Es hora de aprender y aprender puede ser una cosa entusiasmante si a uno le gusta lo que aprende. Para todos. Para María Blanco, también. Alumna aventajada, eso sí.

jueves, julio 10, 2008

Being Boring


Esta mañana han puesto un vídeo de mi infancia y pre-adolescencia en VH1. Un vídeo que duraba una hora y que empezaba con "Being boring", y ese vídeo precioso en el que un montón de quinceañeros se enamoran y se besan y se rozan y todo es un mundo lleno de fiestas y colores y alegría, como no puede ser de otra manera a esa edad y en un vídeo de Pet Shop Boys.

Reconozco que me enamoré de ese vídeo en su momento: 1991. Me enamoré de ese vídeo igual que todos, creo recordar. Incluso nuestra profesora de inglés lo comentaba en clase. Teníamos 14 años y queríamos ser eso. Yo creo que, ahora, tener 14 años es otra cosa. Cuestión de oferta y demanda. La oferta de entonces no era la misma. La oferta eran más bien sueños y vídeo-clips y canciones de los Beatles y los Beach Boys.

Eso es lo que a mí me ofrecían, claro, y aquella frase del final de la canción: "I´d just hope instead of dreams, you´d be sitting somewhere here with me."

Es complicado encontrar un grupo que hiciera mejores canciones adolescentes y tristes que los Pet Shop Boys en su época pre-locazas. La época locazas tiene sus cosas buenas, pero, en general, es exagerada. Me gustaba más el rollo "West end girls", "It couldn´t happen here", "King´s Cross", "Domino Dancing", "Left to my own devices"... Incluso "Jeaulosy" o "DJ Culture", que es una canción espectacular.

Los Pet Shop Boys son mi infancia y pre-adolescencia, igual que Nirvana es mi post-adolescencia y buena parte de mi juventud. Nadie ha hecho unos vídeos tan gays y a la vez tan bonitos, con esas chicas preciosas y esos tipos llenos de músculos. Uno se pasaba el día enamorándose viendo los vídeos de los Pet Shop Boys. Soñando. Luego empezaron con los conos aquellos y todo el universo "Go West!", pero durante unos años, pongamos siete-ocho años, Neil Tennant y Chris Lowe fueron de lo mejor que había en el mundo de la música.

Y recordarlo, así, de repente, esta mañana, aquella clase del Willoughby, o el piso de abajo de una casa en Ramos Carrión, o las manos que se cogen en un parque de atracciones o toda la cantidad de sueños que se quedaron en nada -porque, señores, no se fíen de Paul McCartney, es un mentiroso compulsivo- me ha puesto ligeramente la carne de gallina.

Melancolía.

María Blanco en Trovadicta

Esta noche toca María Blanco en el Trovadicta, metro Noviciado. De María Blanco sabía varias cosas, porque uno intenta estar enterado. No sabía que cantaba tan bien ni que tuviera tanto desparpajo sobre el escenario, aunque lo imaginaba. Todo eso lo descubrí el pasado martes en el concierto de Tontxu, Paco Bello y Kiko Tovar en Libertad, atestado de gente. María cantó tres canciones, la gente se quedó a cuadros.

A mí, ya saben, no me gustan demasiado los cantautores, pero en ocasiones envidio su talento. Talento para hacer lo que a ellos les gusta y para que mucha gente disfrute de verdad con su música.

Por eso, como hablan tanto de esta chica y no quiero quedarme atrás por un simple prejuicio, me pasaré esta tarde a verla. La otra alternativa era el Festival U18, pero su departamento de prensa y yo no hemos conseguido ponernos de acuerdo en casi nada y mira que lo hemos intentado: ni en los horarios, ni en los plazos ni en las localizaciones.

Así que, eso, María Blanco. En Trovadicta, ya saben. Mañana, si me apetece, que estoy de lo más vago, les cuento más.

El juego de tu vida y Lalola


Los ejecutivos de televisión retan continuamente la inteligencia de sus espectadores. A veces, ganan ellos. A veces, ganamos nosotros. En cualquier caso, el planteamiento del reto siempre es interesante y uno se queda ahí pensando en quién ganará, como un combate entre un peso pesado y un peso pluma en el que parece increíble que... y luego...

Por ejemplo, dos productos recientes. Ayer pude ver un rato de "El juego de tu vida". Haré una sinopsis: es un concurso en el que un tipo o una tipa va con una serie de amigos y familiares al plató y Emma García le hace preguntas sometiéndole a una especie de "máquina de la verdad". Las preguntas, por supuesto, son humillantes y comprometidas. Tanto, que resultan increíbles. Además, van destinadas a enfrentarle con los propios invitados que él ha traído, de manera que todo acabe en un mal rollo increíble.

Anoche, estaba la madre del concursante y una de las preguntas era: "¿Crees que tu madre es una egoísta por no ir a tu boda?" y él contestó que sí y ganó. ¿Cuánto? Pues creo que, en total, por humillarse públicamente unas 15 veces y jugarse su matrimonio y su familia, unos 3000 euros. Magnífico. Para eso, mejor inventarse "vivoso" o "hipada" e irse con un diccionario de sinónimos a casa.

Telecinco y Emma García no pueden sorprender a nadie, pero aun así había un punto de incredulidad en todo aquello: se supone que el premio era por decir la verdad, ¿por qué no la iban a decir si de todas maneras lo iba a decir la máquina? Quiero decir, si a mí me preguntan si mi madre es una egoísta, ¿qué gano diciendo que no, si la máquina luego dice que estoy mintiendo? Y, sobre todo, ¿quién destroza su vida delante de un millón de espectadores por 3.000 euros? Mi respuesta, permítanme la desconfianza, es simple: un actor.

Pero, en realidad, yo no quería hablar de "El juego de tu vida", eso ha sido un sobrevenido de madrugada. Yo quería hablar de "Lalola", tanto del concepto como de la promoción, si es que se pueden separar. A mí me viene alguien con esa idea: un tío que se viste de tía para conseguir un trabajo y lo primero le pregunto es si ha visto ya "Tootsie" y que como broma está bien pero ya vale. Si después me dice que quiere hacer una teleserie con eso -capítulos y capítulos llenos de tópicos, de chistes malos, de equívocos estilo "Con faldas y a lo loco", de repeticiones mil veces vistas...- le echo a patadas del despacho.

Pues en Antena 3 pensaron al revés. Pensaron: "Vamos a hacerlo, vamos a ponerlo en prime time de la tarde y vamos a gastarnos una pasta obscena en publicidad porque el concepto es revolucionario". O quizás fue al revés, quizás el departamento de selección decidió tirar para adelante y la única manera de salvar esa decisión era llenar Madrid de marquesinas con la publicidad a ver si así al menos alguien ve la serie.

En fin, espero que no sea así, porque cada triunfo de los programadores sobre nuestra inteligencia es una derrota para todos. Aunque, de momento, la serie se mueve en el 16-17%, casi un punto por encima de la media de la cadena...

lunes, julio 07, 2008

Siendo justos con Nadal (y con Federer)


No hay más que leer el post de abajo para ver que me dejé llevar por las pasiones. Hay algo que sigo pensando: el juego de Federer me gusta más que el de Nadal. No puedo evitarlo. Entre jugar al ataque y correr como loco a devolver bolas me parece que una cosa es más atractiva que la otra. Lo dicho, Italia también gana Mundiales y eso tiene su mérito.

Además, hay una cosa que es indudable: nadie le gana 33 juegos a Federer sobre hierba sólo "devolviendo bolas". Hay que tener talento, técnica y concentración suficiente. Tengo un serio problema con Nadal: en España la gente me vacila porque me gusta más Roger. Sin embargo, cuando leo los análisis extranjeros sobre el español y su supuesta incapacidad sobre pistas rápidas me pongo de los nervios. Nadal roza esta semana los 6000 puntos ATP. Es una barbaridad. Sería un récord hasta para un número uno, y aun así sigue -por poco tiempo- como número dos.

Es cierto que a Nadal le faltan dos hitos: Australia y Nueva York. De momento, sus mejores registros son unas semifinales y unos cuartos de final. No es un desastre, pero si comparamos con el resto de sus actuaciones -ganador en Canadá, Dubai, Madrid, Indian Wells, finalista en Miami (2 veces) y París- pues se queda algo corto. De todas maneras, acaba de cumplir 22 años. No se le puede pedir mucho más. Lleva 5 Grand Slams ganados en 7 finales. 11 Masters Series, los mismos que ganó Sampras en toda su carrera...

Ayer, ya lo dije, Rafa jugó con miedo. Es comprensible. Incluso con miedo ganó. Tuvo miedo cuando sacó para ganar el tie-break del cuarto set y tuvo miedo en la propia táctica del partido: dejó que Federer tuviera siempre la iniciativa. Eso es un gran riesgo, desde luego. El problema es que Federer tuvo más miedo aún, o más falta de confianza. En rigor, el suizo debería haberse ido al parón de la lluvia dos sets a cero arriba. Le hubiera bastado con convertir más de una de las doce oportunidades de break que tuvo, pero no se lo creyó.

Además, ese revés... No es su mejor golpe, pero el hecho de que sólo sucumba desastrosamente ante Nadal obviamente apunta a algo psicológico.

Eso sí, su flaqueza mental se recompuso tras la lluvia. Al menos mantuvo su servicio. Se aguantó como pudo. Este tipo lleva cinco años arrasando en el circuito con la carga física y mental que eso conlleva. Dos sets abajo e incluso con puntos de partido en contra en el cuarto, podría haber dicho: "Ya está bien" y dejarse llevar y descansar un poco de tanta tensión. Todo lo contrario: suplió el acierto con el tesón. Se aferró a su servicio y salvó varias bolas de break. Aguantó un tie-break, dos tie-breaks y hasta el 7-7 en el quinto set. Por el camino, sólo dispuso de un punto de ruptura que, por supuesto, desperdició.

Al final del partido, Federer estaba extenuado. Más mentalmente que físicamente, diría. Ha sido un año duro: empezó con una mononucleosis y tardó meses en recuperarse. Aun así, esta era su sexta final del año. No está mal. Pero el partido se alargaba, su rival seguía sin fallar, la noche caía, la presión de la derrota estaba ahí todo el rato y cometió una serie de errores impropios con su servicio. Break. 8-7. Llevó a Nadal al "deuce" después, pero no bastó.

Nadal se merecía este Wimbledon como probablemente Federer se merecería algún Roland Garros. Haría honor a su carrera. Ahora mismo, el español es el número uno, diga lo que diga el ranking. Es un tipo educado, luchador, respetuoso, emocionante... con talento también, claro que sí, y enfrente, sin discusión, vimos a un campeón que se agarró a su corona como pudo: cansado, desmoralizado, tras un año pésimo, consciente de su inferioridad... pero que sólo se rindió después de 62 juegos y casi cinco horas de juego.

Sí, fue un espectáculo.

domingo, julio 06, 2008

Wimbledon 2008: Nadal se adelanta en una final improbable

Es complicado recordar un partido en el que un jugador le gane al otro dos sets a cero, sirva para igualar el tercero... y aun así haya ganado menos puntos que su rival. Es lo que está sucediendo en la final de Wimbledon, una final completamente improbable, en la que el mejor está demostrando una vez más su incapacidad psicológica para ganar los puntos que cuentan.

Como final, está resultando decepcionante. Repite esquemas que hemos visto ya demasiadas veces: Nadal juega a que Federer falle... y Federer falla. Parece increíble que el suizo pueda venirse abajo con su revés de esa manera frente al español una vez tras otra. Parece mentira que no aprenda. Al contrario que en París, Nadal no está ofreciendo mucha más variedad. En rigor, está jugando peor, esperando los regalos de su adversario. Ha ganado menos puntos y está a un paso de ganar el torneo, eso lo dice todo.

No es demérito de Rafa, por supuesto. El demérito total hasta el momento está siendo de Federer. A Rafa le pedíamos en la previa que ganara. Como fuera, pero que ganara, que ya era hora. Esperábamos espectáculo, vale, pero a falta de espectáculo bueno es insistir con bolas liftadas al revés del contrario. No es lo más divertido de ver, pero Italia ha ganado cuatro Mundiales haciendo algo muy parecido.

Lo de Federer sí que es de psicólogo. Una locura. Ha ganado 1 de las 12 bolas de break de las que ha dispuesto. Nadal llevaba 3 de 4 en los dos primeros sets. Esa es la diferencia, y no es una excusa: en tenis lo que cuenta es ganar los puntos importantes. No vale escudarse en lo demás. Si Federer se empeña en tirar a la red sistemáticamente cada segundo servicio liftado de Nadal en bola de break no merece ganar el partido.

Si no es capaz de mantener el ritmo de saque, de manera que, en cuanto Nadal inquieta lo más mínimo, le rompe el servicio, no merece ni ganar un set.

Siento ser tan crítico con Federer. Le he visto mal muchas veces, pero tan flojo como hoy, nunca. Qué falta de concentración, de competitividad... qué miedo a su rival, qué incredulidad en sus posibilidades. En Roland Garros perdió de paliza, pero en Roland Garros fue peor, simplemente. Aquí, no. Ha ganado más puntos, ya lo he dicho tres veces. Su rival no está haciendo el mejor partido del torneo ni mucho menos... y sin embargo... incapaz de ganar los puntos importantes. Bolas claras que se estrellan en la red una vez tras otra.

Quizás el parón por la lluvia le beneficie al suizo. No lo sé. Tendrá tiempo para pensar pero eso no es necesariamente bueno. Puede que el partido se alargue a mañana o puede que acabe en tres juegos. El revés de Roger tiene la respuesta.

sábado, julio 05, 2008

Pablo Ager en el Bourbon Café

Todo empezó una noche de abril, creo. Lury, Irene, Kika, Pablo y yo íbamos repartiendo maquetas en distintos sitios y cuando llegamos al Bourbon, Lury se la dejó al portero, un tipo sacado de "Promesas del Este" en el que no confiábamos demasiado, la verdad.

Sin embargo, días después llamaron a Pablo y confirmaron fecha: un viernes (genial) pero en julio (bueno...) y en medio de las fiestas de Chueca (vaya por dios). Así que, pese a todo, ahí nos plantamos unas 25-30 personas a escuchar al Ager más guitarrero y disfrutar de las excelentes bebidas del Bourbon. Y es que el sitio es exquisito y muy barato: por un delicioso Kas Naranja cosecha del 62 y una botella de agua sacada seguro de algún manantial escondido me cobraron sólo 10 euros. Qué sitiazo, señores.

En cuanto al señor Ager, realmente bien. Mejorando con los años, como el buen Kas Naranja. En eléctrico mucho mejor que en acústico, ya saben lo que opino al respecto. Gran César Valencia y el resto de la banda y la verdad es que pasamos muy buen rato. Dejó para el final "Desmejorado" y estuvo a punto de partirse de risa cuando cantó el estribillo (ver esto para más información) y después creo que hubo paseo a Libertad, 8, pero yo me fui a dormir como un niño bueno, que se supone que es lo que no debería ser, pero, ay, es lo que soy.

La hora de Rafa Nadal


Tercera final consecutiva de Wimbledon para Rafa Nadal y su rival será por tercera vez Roger Federer. Las otras dos veces ganó el suizo, que lleva 5 títulos, 65 victorias seguidas sobre hierba y es todavía el número uno del mundo con más de 1000 puntos de ventaja... En cualquier otro momento, estaría claro quién es el favorito.

Sin embargo, ahora es imposible decidirse. El juego de Nadal en los últimos meses es arrollador y, si bien los resultados de Federer son casi igual de impecables, la sensación que ha dejado es de cierta fragilidad. La última final que disputaron, hace un mes en París, fue un tormento para el suizo difícil de olvidar.

Todo el mundo sabe lo mucho que tiene que perder Federer en este partido: de entrada, su torneo favorito. Después, la supremacía mundial que pasaría en cuestión de semanas a manos de Nadal. Tercero, la consideración como mejor jugador de la Historia, difícilmente sostenible si resulta que en su misma época hay otro tenista que le bate con tanta frecuencia.

Roger tiene que jugar el partido de su vida y lo sabe. Veamos si lo consigue.

Pero tampoco conviene olvidar lo que se juega Nadal aquí. Lleva tres años como número dos del mundo y, de acuerdo, es extremadamente joven, pero tarde o temprano tendrá que dar ese golpe sobre la mesa que le permita llegar a lo más alto. No puede esperar eternamente a que Federer falle, porque igual le adelantan por detrás. Ahora mismo, para la mayoría, es el mejor del mundo. Tiene que convencerse de ello y ganar al mejor en su terreno. En eso consiste.

¿Puede hacerlo? Yo creo que va a hacerlo, pero para eso tiene que querer el torneo tanto como lo quiere Federer. Ponerle la misma intensidad, las mismas ganas... Seguir cuidando el saque, porque sabe que al resto va a tener opciones siempre. No pensar "ya ganaré otro año" porque igual no vuelve a llegar ese "otro año", jugársela como si tuviera las mismas urgencias que Roger y no le hubiera apalizado hace un mes.

Jugando los dos al cien por cien, me temo que Rafa es el favorito. Debería ganar. Ahora bien, Federer ha jugado 16 finales del Grand Slam y las últimas 17 consecutivas. Sabemos que no va a fallar y que se va a jugar cada golpe. Sabemos que ha sido el mejor durante cinco años y que los demás no podían alcanzarle. Ahora es el turno de Nadal de demostrar lo contrario. Ahora, no luego. Ahora.

viernes, julio 04, 2008

Entrevista a María José Moreno


María José Moreno empezó a ser María José y luego Mariajo y luego Ajo y de ahí pasó a Ajito y entonces fue cuando nos conocimos, de eso hace ya dos años y unos meses, en el bar de siempre, donde ella era camarera y yo cliente habitual. Luego, pasó esto y desde entonces, Ajito -a veces, Aji, otras, simplemente, A.-ha venido apareciendo y desapareciendo de este blog hasta un total de ocho posts bastante diversos.

Así que, bueno, siempre es un gusto presentarles amigos a los amigos. Con ustedes, María José Moreno.

jueves, julio 03, 2008

Nicolas Sarkozy y María Escario fuera de contexto

Si algo ha aprovechado el periodismo digital es la capacidad de Internet para colocar las cosas fuera de contexto. La inmediatez hace que cada segundo sea único, que cada imagen se explique por sí sola, sin necesidad de un antes y un después. No hay relato, hay titular.

Dos ejemplos recientes, uno de cada "bando", por así decirlo.

Primero, el tema Sarkozy. Llega a una entrevista a una televisión pública y el técnico de sonido se acerca para comprobar el micrófono. Los que hemos ido a concursos y hemos hecho el ridículo sabemos lo que es eso. Sarkozy, presidente de la República Francesa, jefe de Estado electo, le dice educadamente "Bonjour, monsieur". El otro ni le contesta. Como posible trasfondo, una polémica ley regularizadora de los servicios públicos de telecomunicación que Sarkozy pretende aprobar y que ya motivó protestas en France 3. En cualquier caso, una falta de educación notoria.

Sarkozy no pierde los nervios, como se dice, vídeo adjunto. Youtube es un peligro terrible porque aísla las reacciones. Elijo el minuto que me conviene y olvido todo lo demás. Lo cuelgo en un periódico y ya tengo noticia. Sarkozy se indigna, eso está claro, pero se presta a las pruebas de sonido y se limita a decir: "Es una cuestión de educación, cuando a uno le invitan a un sitio lo mínimo es que le devuelvan el saludo. Especialmente en un servicio público".

Con lo cual estoy de acuerdo. Se ve que Sarkozy está indignado. Es normal. Yo estaría indignado, aunque quizás no encontraría el valor para demostrarlo. Para los que entiendan francés, el vídeo está aquí. Afortunadamente, a Sarkozy se le entiende bastante bien...

Por otra parte, tenemos a María Escario. No sé qué tienen los medios de derecha contra María Escario. El director de un periódico digital que va a prosperar mucho -su principal valedor político ocupa un muy alto cargo en uno de los dos grandes partidos del país, adivinen cuál- me juró y me perjuró que estaba liada con María Teresa Fernández de la Vega. No sólo eso, sino que De la Vega había agilizado la tramitación de los matrimonios homosexuales para poder casarse con ella.

Resultó ser mentira. Al menos, De la Vega lo desmintió. No sólo desmintió la relación -por supuesto, había oído el rumor, pero aseguraba no conocer de nada a la periodista- sino que desmintió su supuesta homosexualidad. No veo razón para no creerla.

Ahora, María Escario se ha metido en este jardín:


¡Racista! ¡Xenófoba! Todos los medios de derecha saltan al cuello de la aparentemente inofensiva periodista con la ayuda de algún diplomático con ganas de protagonismo. La explicación de María Escario, pública, es que no estaba oyendo a su compañero y su comentario se refería a un incidente del día anterior cuando le robaron la cartera por descuido. Es decir, que no había relación entre el comentario del periodista: "Esto está lleno de colombianos, ecuatorianos..." y la pregunta de la presentadora: "¿Has echado algo a faltar en los bolsillos?"

Aparte de la credibilidad que me merezca o no María Escario en sus explicaciones, lo cierto es que, viendo el vídeo, sí me da la sensación de que la pregunta no tiene nada que ver con lo que el otro está contando, que es más que probable que ni estuviera escuchándole y que todo su afán fuera recordarle en plan "buen rollito" lo de la noche anterior. Una broma privada.

Sin embargo, ya digo, el periodismo digital se lanza a por la noticia escandalosa. El brote intolerable de prepotencia xenófoba en ni más ni menos que la supuesta amante de la vicepresidenta. Así van las cosas, amigos. Por eso acaba uno haciendo oposiciones a profesor de inglés...