jueves, mayo 08, 2008

¡Que nos vamos a León, chimpum!


Mi primer viaje con la Demencia fue a Valladolid. Febrero o marzo de 1993. Alberto Herreros estaba lesionado, con una rotura de fibras, pero aun así ganamos. Mis amigos se emborracharon como perros. Yo, por entonces, no bebía, y lo veía todo con una euforia distante.

Mi segundo viaje fue a Zaragoza. Gritábamos "Lamas al Ebro" y llenábamos el autobús de cánticos. Fue una gozada. Los viajes eran un relámpago: llegábamos poco antes del partido, nos íbamos poco después. Lo justo para que todos se emborracharan y la montaran por ahí. Recuerdo la Basílica del Pilar, de pasada, como la última vez que estuve ahí. Ganamos. Puede que fuera el último año del CAI -entonces Natwest- en la ACB.

Pasaron tres años hasta mi siguiente viaje. Con mi hermano. A Sevilla. Acabábamos de "asaltar" el Palau con un triple de "Conguito" Jennings en el último segundo. Era el primer año de Chandler Thompson y el último de Herreros. Mirado con perspectiva, aquel era un equipazo. Pero perdimos. No sólo eso sino que el viaje de vuelta, que duró toda la madrugada, se hizo interminable. Llegué a casa con 39 de fiebre, me tomé un anti-térmico me metí en la cama y me levanté a la hora de comer con la temperatura normal. Asombroso.

Y, bueno, mañana nos vamos otra vez. Han pasado 12 años. Increíble. No viajo con la Demencia sino en coche. No volvemos después del partido sino que tenemos hotel. Todo más calmado y distinto, pero en el fondo el mismo entusiasmo. 800 personas nos vamos de Madrid a León un viernes laborable para ver si nos salvamos. Ni Final Four, ni Copa del Rey, ni Play-offs ni historias. Ni Alberto Herreros, desde luego.

Una victoria y otro año en la ACB. Eso es todo. Va a ser como jugar en casa. Tiene algo de emocionante saber que estamos tan pirados por un equipo que está a punto de descender.