viernes, mayo 23, 2008

La crisis del PP

Me encanta que el PP esté en crisis. Me parece de lo más sano. Una crisis tan absurda, además, en la que nadie sabe por qué está en contra de los demás y todo se basa en supuestos, en futuribles, en conceptos, en confianza... los "intangibles", que se suele decir en deportes. Una lucha por el poder, sin más, en definitiva.

Me gustaría aún más que el PP se dividiera en dos partidos. Uno de centro-derecha, con Camps, Gallardón, González Pons, incluso Rajoy si se sigue atreviendo... que trate de proponer una alternativa sólida al actual Gobierno y represente a una buena parte de los votantes del PP que no se cortan las venas cada vez que alguien del PSOE abre la boca, y otro partido más de derecha clásica, no necesariamente extrema derecha pero sí una derecha conservadora, más dura, más estilo Jiménez Losantos... que representara a su vez a otra buena porción del voto actual del PP y se pasara el día gritando "Zapatero embustero" y organizando manifestaciones.

Lo que está claro es que los diez millones de votantes de ese partido no piensan lo mismo. Ni siquiera piensan lo mismo los siete que se reúnen en "maitines", así que...

Y como me niego a pensar que los once millones de votantes del PSOE piensan también lo mismo, pues estaría bien que el propio PSOE se dividiera en dos: un ala más cercano a Rosa Díez, o José Bono, una izquierda más centrada, socialdemocracia, sí, pero sin alardes, y un partido de convicciones más duras, también, a lo Bermejo. Incluso se podría hacer un tercer partido, casi nacionalista, o al menos federalista, con Patxi López, Jesús Eguiguren, José Montilla...

Creo que eso sería más sano y más divertido. Atomizar. Y después de la atomización, una ley electoral que les garantizara algún resultado positivo. Si en vez de dos partidos políticos que ni saben lo que dicen ellos ni saben lo que dice el contrario, nos encontráramos con cinco o seis, cada uno defendiendo de verdad, sin ambajes, sin subterfugios, sus ideas, al menos sabríamos a qué atenernos. Al menos les obligaríamos a saber defender sus ideas. Eso sería prodigioso. Tendrían que saber lo que dicen.

Y los medios se quedarían a cuadros, claro. El bipartidismo ha conllevado además una bipolarización en todos los demás ámbitos: los que leen "El País" y los que leen "El Mundo", los que oyen la SER y los que oyen la COPE...

Con cinco partidos harían falta al menos cinco medios. O eso, o dos o tres realmente independientes que no se aliaran sin más, pase lo que pase, con un partido en cuestión. Cosa que, ahora mismo, no se ve por ningún lado.