jueves, abril 24, 2008

La noche de los libros (II)

Pero no. Si me esperan, me esperan con cierta distancia. Me refiero: me esperan sin escuchar el móvil. En Lavapiés, están, pero yo no sé muy bien dónde, así que hago tiempo contratando un servicio de promoción y ayuda. Autopromoción y autoayuda, si se piensa bien. El mismo equipo que está llevando lo de Pablo Ager con una eficacia asombrosa.

Se muestran receptivos. Parece que creen en mí. Muchas veces pienso en aquello de Arquímedes -¿era Arquímedes?-: "Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo". Si alguien creyera de verdad en mí, yo podría empezar a creer en mí también y llegaríamos más lejos. Quizás no en ventas, quizás no en dinero, pero sí en felicidad, créanme. Sí, eso necesito: un punto de apoyo, y la jefa de prensa promete considerarlo, debatirlo y darme una respuesta rápida. Estilo Cofidís.

Al fin y al cabo, también digo una cosa: mi público es ese. Mi público no es la gente que compra en la FNAC o en El Corte Inglés. Quiero decir, ojalá ese fuera mi público también. Pero yo, con que la gente de mi alrededor disfrute con lo que escribo, ya estoy más que contento. Que se lo pasen bien, que les guste. Y creo que esta chica es la persona ideal para conseguir algo así. ¿Qué más da si me equivoco? Igual la que se equivoca es ella y no parece importarle.

Así que, bueno, no hay noticias de Lavapiés y sigo andando hacia la Castellana, paso por delante del Goethe -recuerdos de 1999, de 2000, incluso de 2002-, giro en el antiguo hotel de Modorro, voy a "El Bocadillo" de Luchana, pero no están echando el partido sino unos vídeos horrendos de 40 Latinos, y me voy a "El Jamonal", que es un sitio que no me gusta nada pero que está lleno de aficionados del Barcelona metiéndose con Eto´o.

Justo antes de que acabe el partido llega Pablo. A él, el empate a cero no le parece buen resultado. A mí, sí. Doy algunos datos: el Barcelona no pierde fuera de casa en Champions desde el 18 de octubre de 2006 en Stanford Bridge (1-0). Eso hace un total de siete partidos seguidos, a los que hay que sumar los seis que sumó justo antes de esa derrota. Es decir, de 2005 para acá, ha ganado o empatado 13 de los 14 partidos que ha jugado lejos del Camp Nou en Europa. Y con eso le basta.

Y a Pablo no sé si le convence o no, se limita a irse del bar y yo detrás y caminamos hacia los Diablos Azules porque para qué perder el tiempo en otro lado...