miércoles, enero 30, 2008

Las sedaciones del Severo Ochoa


Tema que he seguido desde muy lejos, aunque sé que otros, como Víctor, por ejemplo, han tomado parte activa en el proceso. Se acusa al PP de criminalizar injustamente a una serie de médicos del hospital Severo Ochoa de Leganés, todo a partir de la destitución del responsable de Urgencias, Luis Montes, por varias denuncias de familiares que consideraban que las prácticas de sedación para suavizar los dolores de enfermos terminales entraban en lo ilegal y suponían "eutanasias activas".

Ese fue el primer término. El segundo fue "mala praxis". Ese fue el dictamen de los expertos de la Comunidad para determinar la actuación de los médicos de Leganés -por supuesto, no todos los médicos- en los casos denunciados. El hospital y los cantautores se rebelaron. En ocasiones, se mezclaron los conceptos: había quien defendía que la eutanasia activa nunca había existido y había quien defendía que la eutanasia activa, en determinados casos, era provechosa.

Porque, en realidad, parecía ser, nadie sabía muy bien qué demonios había pasado en Leganés.

Hasta que el TSJM ha dictado sentencia: no ha habido mala praxis, no ha habido eutanasia activa. Gran varapalo para Esperanza Aguirre. Que conste que cualquier varapalo para Esperanza Aguirre me resulta grato, pero la defensa del PP me sorprendió, como profano en la materia: "Fue Rafael Simancas el que habló de escándalo y de eutanasias masivas, no nosotros". ¿Rafael Simancas? Pero si Simancas era el que pedía la dimisión del consejero de Sanidad por decir eso...

Lo consideré una nueva cortina de humo de la presidentísima para tapar sus vergüenzas y pensé que sería aquello del bulo repetido. Hasta que encontré esto, en Informativos Telecinco ni más ni menos y difundido por la agencia EFE de Grijelmo. Y pensé: "Joder, qué tropa".

Aunque supongo que lo importante, lo realmente importante es que NO hubo mala praxis, NO hubo eutanasias de ningún tipo, y la Sanidad en Leganés funciona. Dentro de lo que cabe, supongo, como la Sanidad en Diego de León. Ahora, que siga el espectáculo de reproches.