miércoles, diciembre 19, 2007

El canon de la SGAE

Estoy de acuerdo en lo básico con Arcadi Espada en cuanto al canon que se cobra por los CD´s y DVD´s, de tan infame reputación, especialmente por la red. Dice Arcadi:

"Entre la estupideces más sonoras de los gratuitos está la de que no se puede gravar una sospecha, es decir, pagar por una copia que a lo mejor no se hará. ¡Quiá de quiá! El argumento tiene la misma lógica que pedirle a Windows que me descuente todas las funciones que no voy a utilizar, bajo palabrita del niño del Jesús. Aún no comprenden, y no me extraña con los atracones que se dan de cultura gratuita, que el impuesto grava la adquisición del privilegio y no su ejecución."

Efectivamente, lo que hay detrás del establecimiento del canon como de las críticas contra su establecimiento está el concepto de la gratuidad de la cultura. Un bien al alcance de todos en el sentido más estricto de la palabra: lo cojo y me lo llevo. Obviamente, los autores no podemos estar de acuerdo en eso. Todo el mundo cobra por su trabajo y los autores también. La cultura, desde el origen de los tiempos, ha sido un producto comercial. Lo siento.

Otra cosa es cuánto se debe cobrar como canon y quién debe gestionar esas ganancias. Todo el mundo parece coincidir en que el impuesto es excesivo y que sirve precisamente para que los que parten y reparten se queden con la mejor parte. Esto es, la SGAE. El lujo que rodea a la SGAE en ferias, hoteles, viajes... para ese coro de bonvivants encabezados por Teddy Bautista, causa cierta perplejidad tanto fuera como dentro de la música.

Así que, quizás, habría que mirar con mimo en qué se están gastando los chicos de la SGAE el dinero, cuánto va para ellos y cuánto para el fomento de la música -labor imprescindible- y a partir de ahí ajustar el canon. Pero, efectivamente, decir cosas como que ese impuesto "criminaliza" a todos los que compran un CD es una chorrada. Precisamente, es lo contrario, les libra de cualquier culpa, les da el derecho a utilizar su soporte para lo que quieran. Para bajarse ilegalmente música o películas, si así lo desean, incluso.

Y creo que todos sabemos para qué se utilizan el 90% de los CD´s en España...