jueves, noviembre 22, 2007

José González se sale en la Sala Heineken


Improbable. Improbabilísimo, que diría Fer Cabezas. José González, de entrada: un músico sueco de padres argentinos que canta en inglés. Un concierto acústico, sólo guitarra y voz en una macrodiscoteca de la Plaza de España. Entradas agotadas para un hombre que era un total desconocido hasta que aparecieron por medio las pelotitas de Sony Bravia.

Y lo más chocante de todo: el sonido era bueno.Hice caso de los consejos que me dieron en los comentarios del concierto de Christina y Nacho del mes pasado y me puse junto a la mesa de sonido. Se notó, vaya si se notó.

El caso es que fue un conciertazo. Tocó "Lovestain", tocó "Heartbeats", hizo virguerías con la guitarra, la voz sonaba fantástica, cada canción era como un escalofrío que recorría el cuerpo. Increíble. No podía evitar pensar cómo debía de ser escuchar eso en una sala estilo Clamores o parecido. Imposible saberlo: Moby Dick se le quedó pequeño un mes antes de la actuación.

Pero es que, además, estuvieron las versiones. Las versiones que hace un músico dice mucho de ese músico. Acabó el concierto con "Teardrop" de Massive Attack y acabó los bises ni más ni menos que con "Love will tear us apart" de Joy Division. ¡José González versioneando a Joy Division!.

Eso sí, él muy sereno, muy calmado, calladito, a su ritmo, tranquilo, mandando callar cuando la gente intentaba dar palmas... Un hombre solo con su guitarra y su vozarrón y su música que parece siempre sacada de la banda sonora de alguna película independiente americana.

Y, luego, la Chica Portada, Fer y yo a la Avenida de Brasil. Fiesta Ballantines en el Lemmon, cortesía de Marcos Aretio (Markmus). Barra libre, catering y modelos en minifaldas. Las noches de entre semana tienen algo mágico. Ellos lo aprecian porque son jóvenes, yo lo necesito porque empiezo a dejar de serlo y parece que tuviera que demostrarme que estos están siendo los mejores años de mi vida. Los mejores meses, al menos. Llenar estanterías, en dos palabras.