martes, noviembre 27, 2007

Dani Flaco juega en casa

L´Astrolabi no es un sitio tan pequeño como me imaginaba ni tan grande como me pareció con dos copas encima. Un sitio carismático, en cualquier caso. Especial. Lleno de sorpresas. Dani Flaco ejerciendo de jefe de ceremonias, sentado, con su Four Roses, su guitarra, nada de micrófonos ni amplificadores. Los demás, de pie o sentados directamente en el suelo, los pies congelados por la falta de circulación de sangre.

Dani Flaco, como buen barcelonés, tiene un registro fuera de casa y otro dentro. Fuera suele conseguir resultados pero dentro es sencillamente imparable. Un concierto delicioso, no tengo otro adjetivo. Voz rasgada y chiste siempre a punto, una sonrisa que no se va nunca de los labios. A las seis canciones, descanso. Dos canciones, después, un barbudo madrileño sale a leer extractos de su libro.

La gente aplaude porque saben que es importante para el chico, aunque quieren que el concierto continúe cuanto antes. Sandra reparte invitaciones y Dani vuelve con besos y abrazos.

Algo curioso: en cuanto acaba el concierto, las 25-30 personas que han llenado el bar lo dejan vacío de inmediato. Ni una cerveza ni una copa de más. Es lunes. Nos quedamos Sandra, Dani y yo junto a Jordi, el camarero, que dibuja a lápiz en un bloc a Noemí. Luego intenta dibujar a Dani, luego a Sandra, finalmente acierta conmigo.

La noche se prolonga de manera inesperada, hasta que, como siempre, las sillas acaban boca abajo en las mesas y el camarero echa el cierre. Una gran noche, una gran mañana a poco que nos despistemos. Gran de Gracia.