jueves, abril 12, 2007

El Mago Migue en Galileo


Un chico sube con un billete de cinco euros al escenario. El mago lo coge y le rompe una esquinita. Hasta ahí el truco nos suena. Luego empieza a doblarlo y pide fuego a su ayudante. Éste llega con un mechero y prende el resto del billete, hecho cenizas, volatilizado.

El mago y el chico juegan, vacilan, sonríen. Antes, por si acaso, han comprobado que el número de serie de la esquinita era el mismo que el del resto del billete. Es básico, no puede haber engaños tan burdos.

Al cabo de un rato, el asistente aparece con una navaja tremenda. Migue baja al público y se la da a un chico, después saca tres limones y le da al chico a elegir dos. Los coge y los tira a la platea, dos espectadores los cogen y con la ayuda de la navaja cortan el interior. ¿Qué hay en el interior? Zumo de limón y pepitas. Lo normal.

Queda un limón, sin embargo. Es el que el chico no ha elegido y, naturalmente, le toca abrirlo. Lo parte por la mitad y enrolladísimo, hecho un finísimo canuto aparece algo gris, empapado, ácido.

Es un billete de cinco euros.

Sólo que el billete de cinco euros que aparece en un limón cerrado por completo y que ha quedado como único ejemplar de los tres primeros tiene un problema: le falta una esquina. Justo la esquina que ha guardado el mago desde el principio. Coge el billete pringoso con una mano y la punta con la otra: encajan. Los pone juntos, los frota y en cinco segundos el billete está entero.

Cinco segundos después, está seco.

El número de serie es exactamente el mismo que al principio. B. y yo nos miramos incrédulos, yo le había visto hacer algo parecido hace cuatro años con un reloj y una lata de fabada envasada al vacío.

Aplaudimos, claro.

Si hay alguien que sepa en qué consiste este truco o que conozca a Migue, por favor, que se aparezca por este blog y sus comentarios...