miércoles, marzo 21, 2007

La exageración de Rajoy

Conforme se acercan las elecciones, hay un tono exagerado, impuesto, forzado... en todo lo que hace Mariano Rajoy. Un punto Jiménez Losantos, hooligan, callejero, dramático... Nada que ver con la imagen que teníamos de él y que, honestamente, creo que debería haber mantenido.

La manifestación en Pamplona, por ejemplo: una nueva demostración innecesaria de fuerza.

En Génova hay un fuerte sentimiento de culpa con respecto al 14-M. Por supuesto, nunca lo reconocerán en público y apelarán siempre a los atentados, pero saben que hicieron una campaña desastrosa, consistente en ocultar al candidato todo lo posible, apostar por un continuismo que ni siquiera era su continuismo, obviar los debates, mostrar un perfil bajo que no irritase al votante de izquierdas y le dejase tranquilo en casa...

Ese sentimiento de culpa parece estar invadiendo todas las actuaciones recientes del PP, como si de un extremo sintieran que tienen que pasar al otro: a vociferar, a polemizar, a llevar a la calle lo que no dejan de ser decisiones del poder legislativo y ejecutivo. Incluso, a veces, del judicial.

Soy de los pocos que quedan que piensan que la fuerza está en los votos y no en las banderas, que las mayorías están en las urnas y no en la calle y que la razón está en los argumentos no en su repetición machacona.

Un claro candidato al voto en blanco.