viernes, marzo 02, 2007

Christina Rosenvinge está en el ajo

Rubia, menuda y medio escondida entre dos amigas. Con una media sonrisa en la boca, casi una mueca. Me ve pero no me reconoce. Yo no la reconozco a ella, pero la intuyo, así que me acerco más y acabo saludándola: "Christina", le digo, y ella ya sí reconoce y me saluda y nos damos dos besos y pasan los cinco segundos más largos de la historia con bolas de espino cruzando el desierto.

"¿Qué tal el concierto?"-dice- "Bien"-digo yo. "¿Qué tal todo?"-digo, "Bien"-dice ella, y luego pregunta: "¿Qué tal tú?" y le explico que sigo con mis libros y mis proyectos improbables y ella dice que recibe los emails y está más o menos enterada y parece que la conversación se va a acabar, justo minutos después de que Nacho Vegas haya terminado "El Ángel Simón" y las luces de la Sala Sol se hayan encendido, cuando le comento, de pasada: "¿Sabes que le quieren llevar a Eurovisión?" y dice, sonriente, "Sí algo he oído".

"Y quieren que tú hagas los coros, con Jota, el de los Planetas", y entonces se queda sorprendida pero satisfecha, incrédula: "¿Sí?" es todo lo que puede decir. "Había oído algo de lo de Nacho pero no sabía...", "Sí", interrumpo, "vosotros dos de coristas con Nacho en Eurovisión", y no dice ni que sí ni que no, pero pone una sonrisa cómplice que puede querer decir: "No me importaría", como, más probablemente, "la gente está loca".

"¿Sabes quién está detrás de esto?"-dice-"Ni idea"-digo yo. Y entonces, ya sí, nos despedimos con un "Me alegro de verte", que sin duda es verdad.

Supongo que son excelentes noticias para el Mensajero Supremo. Las buenas noticias para nosotros fueron que Remate demostró ser un excelente cantante y que Nacho estuvo cumbre, como siempre, en una sala algo incómoda pero cercana, muy cercana. Un concierto que empieza con "Nuevos planes, idénticas estrategias" no puede ser un mal concierto.

Aunque no haya Haches.