martes, octubre 10, 2006

Exhibicionismos huecos


Dudo de mi talento y entonces recuerdo la página web que construí con la ayuda de mi primo y me reconcilio conmigo mismo. Escribo un blog que parece que no va a ir a ningún lado, hablo con productoras de cine sobre concursos de microrrelatos, me expreso como un comercial o un empresario, incluso cuando repito "soy escritor".

Coloco a Mister T justo por encima de Germán Yanke, canto canciones de los Beatles y cuelgo las fotos en Internet. Sé que a muchos mi exhibicionismo les parece molesto. Estoy de acuerdo con ellos en que es un exhibicionismo hueco, pero un exhibicionismo hueco, consciente y disfrutado es mucho mejor que una autocomplacencia huraña y pretenciosa.

En un momento, pensé que podría acabar así.

Me proponen locuciones de vídeos porque necesito comer, acabo con Cheever después de tres meses, me siento a escribir relatos pero acabo escribiendo óperas. Sí, como suena. Medio primer acto ya acabado y en breve irá rumbo a Nueva York. A veces pienso que si alguien me diera una oportunidad... A veces salgo disparado a encontrarla y no sé por dónde empezar a buscar.

Hablo de los demás con una exagerada devoción. Soy un fan irredento de demasiadas cosas y personas. Quizás, eso me paraliza y de ahí que necesite exhibirme. No sé, aparte de todo eso tengo una psicóloga, pero no la dejo hablar.

Es una buena psicóloga, en cualquier caso, me la recomendó la chica que ahora me recomienda escribir óperas. Se graduó en Berklee, creo que ya he hablado alguna vez de ella (ver foto).