viernes, septiembre 29, 2006

El diablo viste de Prada

Puede que suene snob pero queda raro ver una película así en el Teatro Principal. Entretenida, vistosa, divertida, algo típica y tontorrona... lo que uno espera de un gran éxito comercial americano y no nos olvidemos de que hemos crecido entre grandes éxitos comerciales americanos y tomamos la mayoría de nuestras decisiones siguiendo sus patrones de conducta o atacándolos.

En cualquier caso, queda raro. Eso sí, me he vuelto a enamorar.

Una buena reflexión: cuánto más eficaz eres en tu trabajo, peor te irá en tu vida personal. "Llámame cuando tu vida sea un desastre, entonces estarás lista para un ascenso". Puede que sea verdad, lo que me consuela es que ahora mismo estoy, técnicamente, en el paro. Pero sí, sé lo que es trabajar con una eficacia desmedida y hasta qué punto eso afecta tu vitalidad.

Me atrae el éxito y acudo a los neones como las moscas. Todos tenemos algo de insecto. Me planteo algunas de las decisiones que toma la protagonista y no sé si no las tomaría yo. No sé si no las estoy tomando, de hecho. Tengo demasiados teléfonos que no sé para qué sirven. Un abuso del "just in case".

Me gustaría ser inteligente y guapo. Eso facilitaría las cosas. Los viajes de ida y vuelta. Realmente, no es una película justa. Por eso es una película.