jueves, julio 20, 2006

La revolución reaccionaria

El fanatismo, el rencor, el totalitarismo... La manera de luchar contra la Iglesia convirtiéndose en Iglesia, blandiendo teas y cantando himnos. Los mismos rencores, las mismas búsquedas de mártires y herejes.

El cristianismo murió y se convirtió en pacifismo. El catolicismo perdió sentido y se convirtió en izquierda (derecha, durante la época del fascismo europeo) revolucionaria. Dios se convirtió en la masa y los políticos procedieron a su glorificación. El pueblo alemán, la clase obrera, la raza aria, el pueblo elegido...

Lo importante es pertenecer, odiar y, sobre todo, reprender. Cerrar los ojos y olvidar la realidad, olvidar al individuo, desde luego. Sentir que cada vez que esa realidad duele, la culpa es de los otros. Castigar, pedir contricción. Resumen: "Amaba al Gran Hermano". Parece mentira que la gente lea y no se entere.

Buscar culpables, ajusticiarlos. La superioridad moral como justificación para todo tipo de excesos y fantasías. Exactamente igual, aunque no se den cuenta. Conciencia de inquisidor por encima de todas las cosas.