lunes, junio 05, 2006

El nuevo fascismo

Se equivoca mi periódico al titular la noticia: "Arcadi Espada, agredido en Gerona por defender el no". Arcadi Espada fue agredido en Gerona, de acuerdo, pero no por defender el "no". Los que le agredieron, presuntamente, también defienden el "no". A Arcadi Espada le pegaron por ser Arcadi Espada y si hubiera sido en la panadería resultaría absurdo titular: "Arcadi Espada, agredido en Gerona por preferir la baguette".

En el fondo, si fuera por defender el "no" sería más tranquilizador, pero los motivos de verdad los encontramos dentro del artículo: "Fascista", "Fuera de aquí", "Ojalá te mueras"...

Por eso pegaron a Arcadi Espada. Por no ser un buen catalán, por ser un anti-catalán, incluso. ¿Cómo puede un catalán ser un mal catalán? Pues igual que durante el franquismo había españoles que no eran buenos españoles, el que no se dé cuenta de que la analogía es evidente, es porque se siente cómodo con ella. Por entonces, todo el que disedía de la dictadura nacionalsindicalista era un "rojo". Sin más matices. Ahora, todo el que critica el pensamiento monolítico nacionalista en Cataluña o en el País Vasco es, sin más, un fascista.

No deja de ser irónico: la creación de patrullas juveniles destinadas a la agitación y la agresión a los rivales ideológicos es una de las premisas de cualquier movimiento fascista que se precie.

Aunque tampoco es una cuestión de ideologías igual que no es una cuestión de referendums. Es una cuestión de odio. Del odio como instrumento de poder agitado durante años en determinados lugares. El odio a lo diferente. El odio a los que no odian a lo diferente. "El PP (catalán) utilizará tu no contra Cataluña", por resumirlo en una frase que supongo también podrían aplicar a Ciutadans.

Se podría decir que extremismos y agresiones ha habido siempre y, desde luego, en defensa de todo tipo de posiciones "políticas" (permitan que considere un eufemismo llamar política a agredir a un orador). Puede que entre golpear a Arcadi y zarandear a Carrillo no haya muchas diferencias, pero sí hay una primordial en estos momentos: mientras nadie en su sano juicio consideraría a los Ynestrillas de turno interlocutores válidos ni para negociar el presupuesto de una caldera, los padres de estos "cachorrillos", es decir, los muchachotes de Batasuna en el País Vasco y de ERC en Cataluña, no sólo estén en el camino del poder, sino que se apropian las palabras "paz", "diálogo" y "negociación" como si eso supusiera para ellos algo más que un proceso por el cual se les acaba dando la razón en todo.

Y si no, atente a las consecuencias, Arcadi.