martes, mayo 02, 2006

Las palabras y los hechos

Evo Morales llegó a España con un jersey y una sonrisa y no se los quitó durante los dos días de su viaje. Fue un poco ambiguo, pero muy poco: "Habrá nacionalizaciones de los recursos naturales", afirmó tajante, aunque matizara "no se confiscará ni expulsará a las empresas extranjeras que cumplan la ley".

Veamos: cuando el líder de un país -cuando aún no ha tomado ni posesión de su cargo- va a otro país y anuncia que va a nacionalizar sectores que controlan empresas de ese país, todo ello sin contemplar ni una sola regla de protocolo y repitiendo el mensaje ante el Rey, el Presidente del Gobierno y el Ministro de Industria... uno espera que al menos "matice".

Ahora bien, en un caso más de optimismo antropológico, Montilla sonrió y anunció más inversiones españolas, Zapatero sonrió y anunció la condonación de parte de la deuda con Bolivia como gesto de buena voluntad, Moratinos sonrió y fue capaz de negar la evidencia: "No habrá nacionalización del petróleo y los hidrocarburos", aseguró el titular de Exteriores minutos antes que el propio Morales confirmara en rueda de prensa que sí las habría.

De eso no hace demasiado: la visita tuvo lugar a primeros de enero. Cuatro meses después, aparece esta noticia: "...Desde los predios del pozo San Alberto, en Carapari de Tarija, el presidente de Bolivia, Evo Morales, anunció ayer la nacionalización de los hidrocarburos y ordenó a las Fuerzas Armadas el control y vigilancia de al menos 56 estaciones levantadas por empresas petroleras extranjeras, entre ellas la española Repsol y la brasileña Petrobras" (El País, 2 de mayo de 2006).

No hay demasiada diferencia entre las palabras y los hechos de Morales. Bastaba con haber escuchado. Ahora -cuatro meses después- ésta es la reacción de Montilla: "Nos preocupa mucho esta decisión. Evidentemente no nos agrada y pienso que no es positiva para Bolivia." Está bien tener valor para reconocerlo ahora, pero podía haberlo hecho antes. En la puerta de su propio ministerio.

Este tema no me interesa mucho, la verdad, pero me parece sintomático. Por ejemplo, cuando Batasuna dice cosas como "sin la anexión de Navarra no hay proceso de paz posible", ¿exactamente a qué matiz se agarra el Gobierno? o lo que es lo mismo: eso del optimismo, ¿cuántos meses dura?